La inequidad en el reparto de los fondos federales

El estudio realizado por la Universidad Católica Argentina revelador de que el Gran Buenos Aires cuenta con los peores índices de pobreza en el país, especialmente en alimentación y acceso al agua, no hizo más que darle mayor fundamento a los reclamos y gestiones impulsados por la Provincia, para que el Estado nacional deje de retacearle fondos que le pertenecen.

Los fondos federales se integran con los aportes que realizan el Gobierno nacional y, en otra parte, las provincias. Sin embargo, los gobernadores de otras provincias se resistieron siempre a devolver en plenitud el dinero que en los últimos ejercicios se le resta en forma injusta , sin fundamento alguno, a las arcas del Estado bonaerense.

En cuanto a la pobreza detectada, el trabajo de la UCA advierte que se están incumpliendo con derechos humanos básicos, cuya omisión afecta especialmente a niños de entre 0 y 17 años, a la vez que indica que el 14,5 por ciento de los niños del Conurbano padecen “inseguridad alimentaria severa”, en una situación de discriminación presupuestaria que viene desde hace largos años.

Tal como se detalló, en el informe titulado “Agua segura y alimentación, derechos pendientes de ser garantizados”, el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA, determinó que en la zona sur del Conurbano el 52,6 por ciento de los niños y adolescentes de entre 0 y 17 años no consumen al menos un nutriente esencial al día, lo que configura un drama social llamado pobreza infantil.

A nivel nacional, la “inseguridad alimentaria” –como se denomina al déficit nutricional- afectó el año pasado al 35,8 por ciento de la población, pero en el Gran Buenos Aires, con una enorme densidad poblacional, esa problemática trepó al 40 por ciento. En ese marco de carencias, el 17,4 por ciento de los habitantes del Conurbano experimentó hambre el año pasado.

Buenos Aires es la única Provincia que sistematicamente ha perdido puntos de coparticipación

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Existe una suerte de lugar común en el mundo de la política, según el cual la provincia de Buenos Aires es la más rica de todas. Estos y otros índices demuestran con claridad que, en realidad, es la más pobre del país, a pesar de ser la que más aporta a los fondos federales. La provincia de Buenos Aires, con la mayor parte de sus habitantes concentrada en la zona metropolitana, es la única que ha perdido sistemáticamente puntos de coparticipación desde 1981. Se habla de un arrastre que viene de hace mucho tiempo, en el cual hubo gobernadores que no quisieron, no pudieron o no supieron como plantearlo ante el Estado nacional que, así, ha venido desvalijando virtualmente a los bonaerenses.

Claro que existen varias provincias más ricas que la de Buenos Aires. Son las que cuentan con menor población y que cobran regalías petroleras, gasíferas o pesqueras que las ponen a resguardo de las crisis financieras. La de Buenos Aires, en cambio –que reúne el 37 por ciento de la población del país con necesidades básicas insatisfechas- no dispone de ningún tipo de regalías y para mantener activa su mayor fuente de riqueza, proveniente del sector agropecuario, debe hacerse cargo del costoso mantenimiento de los caminos rurales.

La titular del Ejecutivo provincial acaba de reclamar, una vez más, la actualización del Fondo del Conurbano, cuyo monto debe ser actualizado al verse sobrepasado por una inflación que empequeñeció totalmente esos recursos. Meses atrás ese pedido fue “ninguneado” por las anteriores autoridades nacionales de Hacienda. Ahora la Gobernadora ha vuelto a requerir que el Estado nacional le reconozca a la Provincia una deuda por cerca de 25 mil millones de pesos, a la vez que puso de relieve que esos recursos no son para la actual administración sino que forman parte de un reclamo histórico y que, esencialmente, quedarían disponibles para quien le toque administrar en el próximo turno.

Unas pocas y sencillas fórmulas le dan consistencia al requerimiento de nuestra Provincia. La primera de ellas es la de que Buenos Aires aporta entre el 37 y el 40 por ciento de los fondos que percibe el erario de la Nación a través de los impuestos y, en cambio, ahora sólo recibe el 18 por ciento. Resulta totalmente injusto, inequitativo y falto de razonabilidad, que los habitantes de la provincia de Buenos Aires sigan discriminados

De este modo, la eventual solución a un problema nacional seguirá siendo financiada en mucho mayor medida, una vez más, por los habitantes bonaerenses. Las autoridades nacionales deben hacer algo parar reparar en forma perentoria estas inequidades, sea por la vía de alguna compensación o a través de una reforma integral del sistema de coparticipación federal.