“McCartney III”: después de medio siglo, Paul cierra su trilogía musical

A los 78 años, Paul McCartney sigue siendo novedad con el lanzamiento, mañana, de “McCartney III”, el cierre de una trilogía de clásicos que había iniciado en 1970 y para la que necesitó de medio siglo y una pandemia para poder terminar.

Porque el ex Beatle, que sin pensar en el retiro vive girando de acá para allá, entre incontables proyectos, no tenía previsto volver a pasar por el estudio tras su último lanzamiento hace dos años.

Pero la pandemia hizo que el estudio se instalara en su casa y, de manera sencilla e íntima, siendo él intérprete de todos los instrumentos, dedicó el tiempo libre que le dio el parate mundial para acabar lo que había iniciado hacía ya medio siglo.

Corría el año 1970, concretamente abril, cuando él mismo anunció el final de The Beatles solo unas semanas antes de la publicación de su primer álbum en solitario, llamado sencillamente “McCartney”, que había sido grabado en secreto aprovechando los medios de los que disponía en su hogar con un estilo mucho más sobrio que el que acostumbraba.

Era un período de desasosiego y confusión para el artista tras la renuncia de John Lennon, pero fue él el señalado como villano de la historia, como si intentara acaparar promocionalmente el final de los “Fab Four” en su beneficio. Además, pese a singles históricos como “Maybe I’m Amazed”, tampoco gustó el tono “lo fi” del álbum que, con el tiempo, tan influyente se mostró.

Diez años después, la historia volvió a repetirse. A punto de disolver su segundo proyecto colectivo, Wings (lo haría en 1981), se encerró en su hogar para grabar en secreto “McCartney II” con la única asistencia en las voces de su entonces esposa, Linda (él se ocupó de registrar todos los instrumentos).

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Ha habido que esperar cuatro décadas más y a una pandemia que forzó el confinamiento de medio mundo en sus hogares para que “Macca” completara la jugada y sorprendiera con este “McCartney III”, de nuevo compuesto, interpretado y producido completamente en solitario en su granja familiar de Sussex.

Se trata, como en el caso de “Folklore” de Taylor Swift o “DISCO” de Kylie Minogue, de una las pocas felices consecuencias de la pandemia. Él mismo contó que no había propósito de lanzar tan pronto una continuación a “Egypt Station” (2018), pero los días en casa se hacían largos y comenzó a entrar en su estudio y a revisar material antiguo.

“Tenía algunas cosas en las que trabajé a lo largo de los años, pero el tiempo pasó y las dejé a medias, de manera que he retomado aquello que tenía. Se trataba de hacer música para uno mismo, en lugar de hacer música como un trabajo (...) Nunca pensé que todo esto pudiera acabar en un álbum”, dijo en una entrevista reciente.

UN JUEGO DE PISTAS POR EL MUNDO

Hace meses que el tracklist de “McCartney III” estaba siendo anunciado por el propio músico de una manera original y divertida que, de cierta manera, habla más de la complicidad y ganas de recreo que han rodeado este proyecto para el que, se nota, el gran Paul no se puso ni una presión.

El misterioso juego arrancó meses atrás en realidad, cuando era aún secreto este lanzamiento, y algunos murales de doce ciudades del mundo como Toronto, Los Ángeles y Sídney amanecieron un buen día con murales que incluían las partituras de algunas de las canciones como “Women and Wives”, “Deep Deep Feeling”, “Lavatory Lil” y “The Kiss of Venus”.

El músico jugó al misterio con murales con las partituras de sus nuevas canciones

La semana pasada, por caso, el músico eligió a la Ciudad de México para mostrar la partitura de “Pretty Boys”.

Un espectacular mural ubicado en un estacionamiento de la céntrica Zona Rosa de la capital mexicana anunciaba que el 18 de diciembre llegaría el resultado del “rockdown”, como denominó su situación en cuarentena y que vivió durante casi todo 2020.

“Escrita, compuesta y producida por Paul McCartney”, decía la leyenda al final de la partitura de la canción, cuyo proceso de pintura compartió el mismo cantante el pasado 6 de diciembre por redes sociales a través de un video en cámara rápida.

Otra pista que los curiosos y más leales fans de Paul tuvieron en cuenta para saber que algo se traía entre manos fue percatarse de que al reproducirse las canciones de “McCartney” y “McCartney II” en Spotify, aparecía una animación nueva con un dado que caía del lado de los tres puntos, una imagen que se ha convertido en la carátula de un álbum que está llamado a ser no el final de una era, sino -quién sabe- el principio de una nueva fantasía.

ENTRE LA MÚSICA Y LOS ANIMALES

Y mientras continúa engrosando su producción musical, Paul sigue dedicándole su energía a causas que considera justas como la protección de animales.

En junio pasado, cuando cumplió 78 años, admitió que el único deseo que tenía para ese día era que la gente deje de comer carne y se haga en última instancia vegetariana.

“Todo lo que siempre he querido por mi cumpleaños es la paz en la Tierra, incluyendo a los animales”, escribió el músico inglés, defensor desde hace años de la causa vegetariana, en la web de la organización de Personas por el Trato Ético de los Animales.

“Por eso es por lo que este año estoy animando a los fans a ver un video que hice para PETA titulado ‘Glass walls’. Lo llamamos así porque si los mataderos tuvieran paredes de cristal, ¿quién querría comer carne?”, agregó.

Según dijo en aquel entonces, ese video se estrenó hace exactamente diez años y, desde entonces, la gente finalmente pudo “ver lo que sucede dentro del comercio de carne, y la demanda de comida vegana es muy alta”.

“Si te preocupan las enfermedades que surgen de los mataderos, los animales que sufren terriblemente sin necesidad o el impacto catastrófico de la industria de la carne en nuestro medio ambiente, mira este breve video y compártelo con tus amigos. Gracias”, cerró el músico.