Natalia Tena: “Por primera vez no tengo insomnio: cuando frenó el mundo, frené también”

Se acerca la Navidad, y como cada año Natalia Tena, la actriz que encarnara a Osha en “Game of Thrones”, prepara su plan preferido para las Fiestas: “Cada Navidad veo de nuevo las Harry Potter”, comenta, risueña, desde el barco en el que vive, en los canales londinenses.

Pero “no en las que actúo”, agrega Tena, que antes de la serie de HBO fue parte de la saga mágica, encarnando a Nymphadora Tonks. “Es que me da cosa verme. Pero de la 1 a la 4 las veo siempre en Navidad”. Y eso que antes de trabajar en la saga, no conocía los libros, y casi pierde la chance por audicionar sin entender de lo que estaba hablando...

Pero antes de este festín fílmico-navideño a bordo de su barco, la actriz inglesa, hija de padres españoles y también artista musical, presentará su nuevo proyecto: hoy se estrena en Cine.Ar Estrenos “Sangre”, thriller erótico de Juan Schnitman que protagoniza junto a Juan Barberini y Bella Camero.

¿Cómo es que una actriz como Tena, codiciada en todo el mundo, y que acaba de estrenar la exitosa “Te quiero, imbécil” en Netflix, llegó al país a filmar una película de alto voltaje y bajo presupuesto? En diálogo con EL DIA, la intérprete y acordeonista cuenta que conoció a Schnitman hace un lustro, cuando tras protagonizar “10.000km”, cinta que le valió varios prestigiosos premios, visitaba Argentina para mostrar el filme. El director, Carlos Marqués-Marcet, le invitó entonces a conocer a Schitman, que quería conocerla. “Me llevó a un restorán maravilloso, pedimos un filete argentino buenísimo y una buena botella de tinto”, comenta Tena. El director sabía lo que hacía: seducida por los manjares locales, “hablamos mucho, me habló del proyecto, a mi me encantó”.

“Pero yo estaba trabajando, entonces tardamos un rato. Pero por fin, el año pasado tenía un hueco y fui para allá”, comenta Tena: la película que ya había nacido como idea en 2015 se filmó recién el año pasado, ofreciendo otro costado, osado, potente, de Tena, para quienes la conocen por “Game of Thrones” y “Harry Potter” (aunque no para quienes han seguido una carrera diversa donde recorrió el drama y la comedia).

LA TRAMA

“Sangre” relata la historia de Fernando (Barberini), un hombre de pocas palabras y gran presencia física que se muda a Rosario y entabla un noviazgo con una joven brasileña (Camero) mientras sostiene en Buenos Aires un viejo y fogoso romance con Gabriela (Tena). Todo estalla, claro, cuando ambas quedan embarazadas, en una película de nervio tenso, como los anteriores trabajos del director.

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Es un thriller erótico, pero Tena no hace demasiado caso a los nombres. “Estoy interesado en todos los géneros: con que el guión sea bueno yo hago todos los géneros”, afirma la actriz, y desestima también las escenas de alto voltaje: “He hecho muchas escenas de sexo en mi vida. Pero sí me preocupó un tanto al leer el guión: ahora que lo he visto, no era tan sexual como en el guión. En el guión, en algunos momentos parecía un poco porno… Pero lo hablé con Juan, y él me dijo cómo pensaba hacerlo, y me tranquilicé, me di cuenta de que la película da una traducción diferente a lo que estaba escrito”.

“Y lo trabajamos muy bien con Juan Barberini, lo pasamos muy bien, nos reímos tres días haciendo escenas de sexo. Las escenas de sexo son como las escenas de violencia: es un baile coreografiado. Si haces eso, y hay confianza y humor, no hay problema”, confiesa.

La película cuenta con pocos diálogos e información en migajas sobre el misterioso pasado de ambos que el espectador va construyendo escena tras escena. Pero desde la primera escena entre Barberini y Tena queda claro que allí hay fuego, del que enciende y del que quema: en una cinta así, hablar con el cuerpo se volvió indispensable para la actriz.

Lo mismo le ocurrió en su próxima cinta, “Baby”, donde no hay diálogo: “Fue aprender a usar el cuerpo, las miradas. Encontrar el lenguaje común: cuando estás con un amigo, una pareja, no hay que decir tanto, una mirada basta”, explica Tena, que encarna a una mujer que vive ese amorío como una adicción que no puede soltar.

“Las escenas de sexo son como las escenas de violencia: es un baile coreografiado”

“Pensé que la raíz de mi personaje era que tiene una adicción: era al sexo, pero podía ser al alcohol, daba igual”, comenta Tena. Su personaje, de hecho, abandonó en Barcelona, hace años, a su amante, porque “se daba cuenta de que estaba entrando en una caverna y consigue escapar. Pero él vuelve a su vida, entonces su adicción regresa”.

LOS DÍAS EN ARGENTINA

La tensión en escena no se condice, sin embargo, con el clima del rodaje: Tena dice risueña que “me la pasé muy bien” en nuestro país, y cuenta como con Dirk Martens, que encarna a su pareja en la película, tenían departamentos contiguos y “por las noches, íbamos a la terraza, bebíamos vino y pasábamos el guión”. Mientras estuvo en el país fue parte de las marchas en el marco del Paro Nacional de Mujeres, la invitaron a diversos asados a los que fue gustosa, y con el equipo “conformamos una pequeña familia. Y además mi primo vivió en Argentina ocho años: cuando hice la peli estaba en Madrid, pero quería volver para organizar sus cosas. Así que tuve familia ahí también”.

Tras el rodaje, Tena volvió a Europa: rodó “Baby”, hizo teatro y tras cuatro años, sintió el deseo de volver a hacer música junto a su banda, Molotov Jukebox, que sostiene junto a su pareja, Sam Apley.

“Me dije: ‘Tengo que volver a la música, lo echo de menos’”, cuenta Tena, a quien su agenda ajetreada (el año pasado fue parte también de la primera temporada de “The Mandalorian”) había obligado a dejar la banda. Y armaron planes: “Este año íbamos a volver”, dice, con nostalgia. Porque estalló la pandemia.

Tena, que estudió piano durante más de una década en su juventud “hasta odiarlo”, y que aprendió a tocar el acordeón en una obra de teatro y “me enamoré otra vez”, había conseguido un lugar para Molotov Jukebox en el aniversario de 50 años de Glastonbury, “en un escenario fenomenal, el sábado a medianoche: era perfecto. E íbamos a tocar por Europa: parecía un verano maravilloso… pero bueno”, se resigna, y cuenta que “ahora se nos han ido un poco las ganas de volver a tocar, esperamos a ver que pasa. Es que hay muchos festivales que no van a abrir hasta 2022…”

De todos modos, dice, la pandemia no la ha tratado tan mal. “Tengo suerte”, se ríe, “porque vivo en un barco, y tengo una parte para sentarme afuera, arriba. Así que con Sam tuvimos un verano maravilloso”.

Tena vive en un barco en los canales de Londres, un barco que no se puede llevar al río ni al mar, la parte de abajo es plana, y donde pasó una cuarentena al natural, con muchas noches de vino, charlas y música en la cubierta. Y con amor: “Creo que en los doce años que he estado con mi chico, no hemos estado juntos tanto tiempo. Siempre estábamos moviéndonos, pero ahora hemos podido por primera vez estar tanto tiempo juntos. Una maravilla”, comenta la artista.

El parate obligado tampoco le vino mal: “Es la primera vez en tanto tiempo que mi insomnio se fue: cuando frenó el mundo, yo pude frenar también. Dormí 10 horas cada noche, no me pasa desde que soy niña”, cuenta.

Así que esta crisis “me ha ayudado mucho”, afirma. “Pero ya hace poco me empezaron a dar ganas de volver: el freno está guay, pero ya me estaban entrando ganas de volver, me estaba volviendo un poco loca. Así que me fui a hacer el Camino a España, un peregrinaje para juntar fondos contra la ablación genital de la mujer”. A su regreso, en septiembre, ya quería trabajar: “Hice unas pruebas, y ya por lo menos tengo algo para hacer el año que viene”, revela la actriz que parece no haber frenado desde aquel rol que la catapultó en “Harry Potter”.

“‘The Boys’, uno de mis comics favoritos, fue hecho serie, pero lo cambian tanto que me cabreo”

Ella dice de todos modos que “cada trabajo que haces cambia tu vida, también cambió mi vida ‘Un niño grande’, la primera película que hice, también la primera obra de teatro…”, aunque sí, agrega, tuvo particular peso en su carrera “Game of Thrones”, sobre todo porque “cuando fui al estreno de la tercera temporada, conocí a mi representante norteamericano, y eso sí me ayudó mucho”.

A Tena, que abrazaba a George R.R. Martin en el set buscado congraciarse y que su personaje no muriera, como casi todos, no le gustó nada el final de la serie, aunque al menos Osha ya no estaba para verlo.

“El final… no es para mi. Me encantó hasta la cuarta temporada, y luego, para mi, no funcionó”, dice, y el tono de voz se le sube, aunque luego intenta ser diplomática y agrega: “Pero bueno, hay que pensar cómo terminas eso… Por querer que siga, además, todo el mundo va a estar un poco triste de que termine”.

Entre “Harry Potter”, “Game of Thrones” y “The Mandalorian”, la actriz, que también trabajó en “Black Mirror”, se ha transformado en un nombre muy reconocido por la comunidad geek, lo que ha agregado a su agenda otra actividad: las convenciones de fans.

“Hice mi primera convención hace 12 años, y era un mundo diferente: era gente más friki, un mundo muy pequeño, ahora las convenciones son más normales”, afirma Tena, y confiesa que “me encanta ese mundo, la gente vistiéndose, viajar por el mundo”. Y no solo por eso: además, “soy bastante friki con los comics: tengo una colección bastante grande, la que puedo, en el barco”.

“El primer comic del que me enamoré fue ‘Preacher’. Compré el primer volumen y al día siguiente fui a la tienda y pedí todos”, revela la actriz y música, fanática también de “Transmetropolitan”, y no tanto de las adaptaciones que se vienen realizando del comic a la pantalla: “Muchos de mis comics preferidos las han hecho series. Ahora han hecho ‘The Boys’, y me encanta ese comic… pero me da cosa verlo: lo cambian tanto que me cabreo”.