Bertie Carvel: “El detective trae orden al caos: en un mundo caótico, eso es tranquilizador”

En 1962 la autora PD James creó a Adam Dalgliesh en la tradición de los viejos detectives británicos: racional, reservado, de palabra tan justa que además despunta la poesía, el melancólico investigador de Scotland Yard atravesado por la muerte de su mujer se convirtió en un clásico literario, protagonista de 14 novelas escritas a lo largo de casi cinco décadas.

Ahora, desde mañana a través de la plataforma Acorn TV, Dalgliesh llegará a la pantalla como una serie del mismo nombre, para contar tres de esas novelas, tres misteriosos asesinatos, en seis episodios rodados en una Irlanda del Norte tan nubosa como el propio personaje, encarnado por el prestigioso Bertie Carvel, dos veces ganador del premio Laurence Olivier y ganador de un Tony por su trabajo en el West End de Londres, pero conocido para el público internacional por sus roles televisivos: el intérprete inglés fue Jonathan Strange en “Jonathan Strange & Mr. Norrell”, aunque el público argentino seguramente lo recuerda más por su rol como Simon Foster en “Doctor Foster”.

Claro que no muchos reconocerían al actor del villanesco Simon en este Dalgliesh hosco pero sensible, y eso, dice Carvel en diálogo con EL DIA, es parte de su plan: “De forma consciente busqué durante mucho tiempo” roles diferentes, nuevos desafíos, con cada personaje, afirma. “La idea de interpretar diferentes versiones del mismo personaje una y otra vez… no puedo imaginar nada más aburrido”.

En cambio, “me divierte disfrazarme, por eso me convertí en actor: me encantaban las diferentes facetas propias y de otros que podía explorar, desata mi creatividad”, cuenta el actor al otro lado de la pantalla del Zoom. Pero en el fondo, dice, “no se trata solo de cuan diferente uno luce: lo que se ha desencadenado en mis mejores trabajos es una transformación interna. Creo que estoy en una etapa de mi carrera en la que busco personajes más cercanos a casa, busco esas oportunidades”.

Quizás por eso le intrigó el apocado Dalgliesh. “Quería hacer algo donde pudiera hacer menos, hacer lo menos posible. No es que puedas estar muerto, algo tiene que estar pasando, pero me pareció una gran oportunidad para hacer algo que no fuera tan demostrativo”, explica Carvel. Su personaje es, efectivamente, un hombre de un rostro que oculta emociones, la máscara de la racionalidad bajo la cual se esconden las emociones. Es “perceptivo” y “paciente”, define el actor. “Su superpoder es la calidad de su mirada. Quería que la audiencia tuviera esa misma experiencia: que se premie su percepción y su paciencia, que se les diera acceso pero solo si miraran de verdad”.

Inescrutable

Es decir: Dalgliesh es un personaje que mira más de lo que dice, y que calla. Un personaje “a menudo inescrutable”, como lo definió la guionista principal de la serie en las primeras páginas del guión que leyó Carvel: fue su primer acercamiento al personaje de PD James y esa frase “me atrapó: para mi fue como una invitación increíble para un actor, porque implica que hay profundidades ocultas, implica que es difícil atravesar el velo, pero que uno se da cuenta de que vale la pena atravesarlo. Esa me parece una cualidad increíble para un protagonista”.

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Lo que hay debajo de la superficie es un profundo dolor por la muerte de su mujer. “Es una persona que lidia con la muerte todos los días, que resuelve asesinatos, pero que no puede resolver su propio duelo, su propia relación con la muerte. Eso me pareció muy poético: eso le da al personaje su corazón, lo hace universal”, explica Carvel, hijo de madre psicóloga. Al final, dice Carvel, Dalgliesh es universal porque a pesar de su racionalidad también es víctima de “esa incertidumbre que todos compartimos”, la muerte.

“No creo en el bien y el mal, creo que lo que nos aterroriza del mal es que lo cometen los humanos”

Y allí radica, opina el intérprete, una de las razones del éxito de las ficciones sobre crímenes que, aunque las modas cambien y el tiempo pase, permanecen firmes en las librerías y las pantallas. “Pensar en el crimen a través de la ficción nos ofrece un marco seguro para pensar la muerte”, dice Carvel, y agrega algo que dijo la propia PD James sobre el género: “El éxito de las historias de crímenes es que el detective trae orden al caos: creo que en un mundo caótico, hay algo tranquilizador en eso, en saber que el crimen se resolverá”.

“Pero”, agrega, “ella escribía historias donde al final la única justicia es humana, fallida, y a menudo al final de las historias queda claro el daño que se ha hecho, que no todo se ha resuelto. Creo que eso convierte a Dalgliesh en alguien único: aunque consigue su objetivo, aunque persigue de manera despiadada la verdad, también está sumamente consciente del costo”.

Dalgliesh es así otro personaje oscuro, borrascoso, en la carrera de Carvel. “Complejo es la palabra que yo usaría”, acepta, y accede: “Sin dudas busco personajes que no sean claros, nítidos”. Su afición a la psicología, afirma, le ha permitido percatarse de que, en rigor, en el mundo real, no existe otra cosa, no existe esa supuesta transparencia, “no es lo que veo en el mundo: no conozco a nadie que no sea ‘complejo’”, aunque al final del día, se ríe, no es un afán realista lo que lo lleva a interpretar este tipo de personajes sino, simplemente, que “son los mejores personajes. Están atravesados por contradicciones, y creo que eso es lo que constituye las buenas historias y a los grandes personajes”.

Su Simon Foster, por caso, “era obviamente el villano de la serie, pero tu trabajo como actor no es juzgarlo: la clave de hacer del ‘malo’ es amarlo, porque eso es lo que lo convierte en un personaje humano. No creo en el bien y el mal como absolutos, creo que lo que nos aterroriza del mal es que lo cometen los humanos”.

OTRO PERSONAJE QUE LO PREEXISTE

Carvel estrena a nivel mundial mañana “Dalgliesh”, donde vuelve a interpretar un personaje que ya existía, ya sea en el mundo real o en el imaginario de la gente: ha encarnado a Rupert Murdoch en el teatro, y se prepara para interpretar a Tony Blair en “The Crown”, mientras aguarda el estreno de “The Tragedy of Macbeth”, adaptación de Joel Coen sobre el clásico de Shakespeare en el que interpretará a Banquo.

Pero Carvel marca diferencias: aunque los espectadores hayan leído las novelas y tengan sus propias ideas sobre cómo debería ser Dalgliesh, “no siento presión si es un personaje de ficción”. Sí, acepta, siento algo más cuando se pone en la piel de alguien real, porque “está el hecho, esa persona existe”.

“Pero al final yo siento que no se puede ser más real que la persona real, que el Tony Blair real, Tony Blair es Tony Blair, ese no es el ejercicio: el arte hace otra cosa, utiliza una lente diferente a través de la cual la gente puede pensar en esas personas. Y eso es liberador como actor”, cierra Carvel. “Y lo mismo, al final aplica para Banquo, o para Dalgliesh: la belleza del arte es traer su propia percepción del mundo, mostrarle al espectador algo que le dispare un nuevo entendimiento de eso que preexiste, sea real o imaginario. En el momento en que uno se da cuenta de ello, deja de intentar estar a la altura de esa versión preexistente”.