Mezclar dos dosis, la estrategia que podría agilizar la vacunación

El mundo sabe ya que el coronavirus es más contagioso en lugares cerrados que abiertos, que se transmite mayormente por aire y que la distancia social y los barbijos resultan armas decisivas para prevenirlo. También, que la amplia oferta de vacunas desarrolladas en tiempo récord son el único atajo para poner fin a la pandemia. Pero escasean y en países como Argentina hay millones que llevan más de año y medio esperando, al menos, por su primera dosis. Y otros tantos que aguardan por el esquema completo de inoculación, algo que, según pruebas de laboratorio europeas, podría resolverse con la combinación de dos vacunas distintas.

El caso de Argentina es paradigmático. Unas 4.161.190 personas que recibieron el primer componente de una vacuna como la Sputnik V no saben cuándo tendrán su segunda inyección. El fármaco ruso es el único que funciona con dos partes distintas y los últimos embarques llegados desde el Instituto Gamaleya han sido cargados solo con la primera dosis.

AstraZeneca y Sputnik V (que se aplican en el país) apuestan a combinar sus fármacos

Es parte de un cuadro más general que muestra que en el país 9.599.885 personas, el 21,57 por ciento de la población, fueron inyectadas con al menos una dosis de Sputnik V, Sinopharm, AstraZeneca o Covishield. Pero solo 2.815.312, apenas el 6,32 por ciento, recibió el esquema completo. Los datos surgen del Monitor Público de Vacunación del Ministerio de Salud de la Nación.

Frente a la escasez, el Gobierno argentino resolvió el pasado marzo diferir por un mínimo de tres meses la aplicación de los segundos componentes.

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Pero, ¿hay otra alternativa? Los expertos entienden que sí: que combinar dos vacunas distintas podría dar “mayor elasticidad” a las estrategias de vacunación.

El puntapié inicial lo dio Francia y luego se sumó Alemania: a los menores de 60 años vacunados con una primera dosis de AstraZeneca se les aplicará otra vacuna, ya sea de Pfizer o de Moderna.

La decisión de las potencias europeas obedeció tanto a la falta de inoculantes como a la aparición de casos “raros” de trombosis (algunos mortales) entre quienes se aplicaron el primer componente de AstraZeneca, una vacuna que en Argentina está autorizada para mayores de 18 años y de la que ayer arribaron 2.148.600 dosis.

Aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha aclarado que la vacuna de Oxford tiene más beneficios que riesgos, Inglaterra (cuna del fármaco) no la aplica a menores de 40.

Incluso la propia Universidad de Oxford apuesta a la estrategia de la “vacunación heteróloga” y ya empezó con los ensayos para probar la combinación de AstraZeneca con Moderna y Pfizer.

Los resultados preliminares de ese estudio (cuyas conclusiones se esperan para este mes) arrojaron que alternar fármacos (en comparación con quienes reciben la misma vacuna en dos dosis) multiplica los efectos secundarios, aunque leves o moderados y de corta duración. Por ejemplo, el más recurrente es la aparición de fiebre (ninguno de los 110 mayores de 50 años estudiados alcanzó los 39º).

Aún así, los efectos adversos y graves como resultado de la combinación de dos vacunas “siguen siendo extremadamente raros”, destacaron los autores del informe.

“Si podemos demostrar que estos planes de combinación generan una respuesta inmune que sea tan buena como la de las estrategias normales y sin un aumento significativo de las reacciones a la vacuna, esto podría permitir que más personas completaran la inmunización contra la Covid en menos tiempo”, valoró Matthew Snape, profesor de pediatría y vacunología de Oxford, y principal responsable del ensayo. La estrategia de mezclar dosis, realzó el investigador, “podría crear resiliencia dentro del sistema en el caso de falta de disponibilidad de cualquiera de las vacunas en uso”.

Además de Francia y Alemania, Noruega, Suiza, Dinamarca y España estudian la combinación de dos dosis.

También AstraZeneca ha iniciado su propio ensayo con el Instituto Gamaleya, el creador de la Sputnik V, como parte de un plan que apuesta a combinar ambas vacunas en voluntarios de rusos mayores de 18 años. Los resultados de ese estudio, que no se conocerán hasta fin de año, podrían resultar un faro para la estrategia argentina: porque ambos inoculantes se distribuyen en el país y porque la demora en la aplicación de segundas dosis, como el tiempo de duración de anticuerpos entre ambos componentes, siguen presentando incógnitas.

La OMS desalienta el mix de vacunas ante la ausencia de datos sobre riesgos y eficacia

Si embargo, la combinación de vacunas es todavía materia de análisis y la OMS la desaconseja ante la falta de datos sobre riesgos y efectividad frente al Covid-19.

A esa recomendación se atiene la ministra de Salud nacional, Carla Vizzotti, quien admitió que si bien “se están haciendo estudios para el futuro, en estos momentos el que inicia con una vacuna, debe completar el proceso con la misma”. Y que por eso se trabaja “para contar con más lotes del componente dos de la vacuna Sputnik V, para completar la vacunación con la segunda dosis”.