Lara Fichera: subida al tren del jazz, con su voz y el contrabajo a cuestas

Lara Fichera, joven contrabajista y cantante platense, se acercó a la música de niña por una necesidad: no podía comunicarse verbalmente pero sentía que su interior fluía cuando cantaba. Con el tiempo, la eligió y hoy, abrazada al jazz, el género que le sienta cómodo por esa pasión que manifestó de chica por experimentar, jugar y romper lo establecido, es su modo de vida.

Inquieta, para poder saciar su diversidad artística, es parte de varios proyectos en paralelo aunque, en este momento, es su Lara Fichero Trío el que está activo y listo para presentar el sábado en el Teatro de Cámara de City Bell “Experiencia Inútil Paisaje”, un show especial con el que adelantará su primer disco de jazz y que servirá, además, para recorrer conceptualmente el gran trabajo de esta consolidada agrupación.

Integrada además por Andrés Martínez en piano y Pablo Bianchetto en batería, la presentación de la agrupación será a partir de “Inútil paisaje”, un tema de Tom Jobim que versionaron en castellano y que acaban de lanzar en las plataformas digitales -tanto la canción como su video- como anticipo de “En el filo”, el EP que lanzarán próximamente.

“Una canción que habla del sinsentido de los paisajes más bellos si no se pueden compartir”, cuenta Lara Fichera (25) en diálogo con EL DIA, en relación a cómo nació este show conceptual “en el que cada canción va a ser un paisaje sonoro” y que, además de música, incluirá intervenciones artísticas visuales y performances teatrales que lo convertirán en una experiencia, “una fiesta en la que vamos a estar compartiendo un momento presente a partir de lo que Tom Jobim plantea en su canción”.

Lara Fichera Trío

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Durante la presentación, que incluirá a artistas invitados como Bernardo Casagrande (saxo tenor), Mariano Meneghini (trompeta) y Daniela Zapata Colores (proyecciones visuales y danza), la agrupación mostrará además otras de sus creaciones a partir de obras de compositores del género, como Monk, y de otros como Brahms, de quien tomaron prestada una canción de cuna y la arroparon con melodías jazzísticas. Y habrá más, con algunas piezas de raíz latinoamericana, como “Palabras para Julia” en ritmo son cubano; una zamba del Cuchi Leguizamón; “y quizás alguna canción mía”, dice, con timidez, la talentosa artista local que compone desde hace bastante tiempo y se prepara para una próxima producción con sus propios materiales.

La característica principal de este trío de jazz es “la improvisación en términos de juego”, un juego que no les permite cerrarse a nada. “En nuestros shows también hay canciones de otros géneros abordadas desde la improvisación, que es la posibilidad que te da el jazz”, explica Lara sobre la esencia del conjunto que nació en 2018 a partir de un encuentro fortuito entre ella y Andrés alrededor de Monk en una jam, y al que luego de sumó Pablo. Desde entonces, han recorrido diversos espacios culturales hasta que la pandemia los dejó en pausa.

Para ese entonces, los músicos ya tenían preparado su material para meterse a los estudios a grabar y, apenas se dieron las condiciones sanitarias, no lo dudaron. “Fue hermoso poder encontrarnos, hacer música presencialmente y en simultáneo”, revela Lara sobre cómo se concibió “En el filo”, un nombre que refiere a la construcción musical que le interesa, “un poco entre lo que aparece en el instante y lo que se planifica y se revisa”. El álbum, integrado por cuatro canciones, se lanzará por completo entre septiembre y octubre.

SUS INICIOS EN LA MÚSICA

Cálida y bella, la joven Lara cuenta que se inició en la música a los cuatro años cuando, con el Método Suzuki y con Diana Chagalj como maestra, empezó a estudiar guitarra en el Conservatorio Gilardo Gilardi.

En el Bachillerato de Bellas Artes conoció al contrabajo (por una vacante que le permitió ser parte de la Orquesta) y “me re enamoré”. Tanto que, para su cumpleaños de 15, en vez de pedir fiesta o viaje, sorprendió a su familia: “Quiero un contrabajo”. Diez años después, sigue abrazándolo, como si fuera una extensión de su cuerpo.

Hermana de Nicolás Fichera, también músico y con quien ha compartido escenario en varias oportunidades, Lara se define como una amante de los sonidos graves, un gusto que la llevó a conectar de manera natural con su instrumento. “Me gusta su profundidad. Es un instrumento que no grita pero, a la vez, cuando no está, sentís su ausencia”. También toca la guitarra y el piano.

Más allá de su formación académica, Lara destaca la enseñanza intuitiva que le dieron las jam. Uno de sus amigos y formadores (Pepe Angelillo) le dijo una vez “hay que subirse al tren y no caerse” y siguiendo ese consejo se mueve: “Hay un canal en el arte que tiene que ver con lo que aparece ahí, en el presente, como verdad, y el jazz juega mucho con eso y es donde más cómoda me siento”.

El canto, asegura, fue algo natural y con el que pudo sanar internamente. “Desde chiquita vivía cantando. Mi papá tenía un bar en el Sur (Dublin) y también una parrilla (Los Discos) y siempre que se podía, cantaba: era muy tímida, introvertida, pero en ese momento encontraba mucho sentido”, confiesa Lara que de niña se abrazó a la música como una forma de expresión.

“Confío en eso que pasa cuando nos encontramos en algún lugar, y canto y pasa algo que me transforma”

“No podía comunicarme a través del habla y de repente sentir ahí libertad de ser, fue hermoso: una herramienta de supervivencia. De chica tuve muchos problemas vocales, de salud incluso, hasta que encontré a una maestra (Elisa Viladesau ) que me ayudó a sanar de la mano del Método Rabine con el que pude hacer un proceso súper profundo, desde la conciencia de para qué me expreso. Por eso siempre lo recomiendo mucho”, advierte.

Lara, que estudió canto lírico en la UNA, confiesa estar “en un lugar bastante vulnerable cuando canto, desnuda” pero, volviendo al tema de Jobim, comparte esos paisajes emotivos internos y se deja abrazar con sus compañeros de trío, “unos radares musicales hermosos” con los que integra uno de los tantos proyectos que tiene en paralelo.

Inquieta, es parte además de “Sonoro”, la sociedad artística que encabeza con el Mono Ibarlin con la que buscan “abordar desde lo sonoro lo imposible de decir: desde el gesto, los ruidos, los roces, el contrabajo y la voz, tanto él como yo vamos generando diferentes climas a través de distintos autores, sobre todo inspirados en César Vallejo”; también musicaliza en vivo la obra teatral “Un minuto”, de Malena Hernández y Jimena Duca; y con Néstor Gómez ofrece un show de folclore y música latinoamericana pero “también abordado desde un punto de vista del juego”, cuenta.

Si bien afirma que “es difícil circunstancialmente” trascender en la escena del jazz siendo una artista independiente, está convencida de que va por el buen camino. “Confío mucho, lo siento por dentro, siento que es por acá. Es difícil pero confío en eso que pasa cuando nos encontramos en un lugar, sean poquitas o muchas personas, y canto y pasa algo que me transforma a mí: me hace muy feliz”, cierra.

Con Pepe Finocchi en sonido; Jimena Duca en dirección escénica, supervisión del gesto y movimiento, y diseño de luces; Jasia Protto en asistencia de dirección y mirada externa; Josefina Barcellandi en colaboración de texto; Juan C. Berdugo en fotografía; la “Experiencia Inútil paisaje”, con idea y dirección general de Lara Fichera, se presentará este sábado a las 20.30 en la sala citibelense ubicada en diagonal Urquiza entre 462 y 464. Las entradas (con descuento para socios de Lumen Artis) están disponibles por Eventbrite.