El drama de siempre: arrancó el año con 3 muertes en un accidente

El drama de los accidentes de tránsito en la Región sigue presente y genera muchísima alarma. Pese a la ley de Alcohol 0 aprobada hace días por la Legislatura bonaerense (ver aparte) y, las múltiples iniciativas que buscan concientizar sobre los riesgos que encarna la conducción de vehículos a motor, la inseguridad vial no muestra freno y, en este 2023 que recién se inicia, las perspectivas de cambio son muy poco alentadoras.

Es que en el primer día del año ya se produjo una terrible colisión en la localidad de Abasto, que provocó la muerte de tres personas, al parecer, todas integrantes de un mismo grupo familiar.

De acuerdo al reporte oficial, el hecho tuvo lugar en horas de la madrugada sobre ruta 2, a metros de la intersección con la avenida 520.

Lo protagonizaron una camioneta Land Rover negra, guiada por un empresario que fue identificado por la Policía como Alejandro Luciano Manoukian, de 44 años, y una camioneta Ford Ranger, en la que viajaban las víctimas fatales.

Se trata de Carla Karina Aramayo Aramayo (17) y Yuli Faviola Aramayo Aramayo (19), ambas de nacionalidad boliviana y con residencia en Lisandro Olmos, a la altura del kilómetro 62 de la ruta 36; y de David Samuel Tejerina Cazón (19), que vivía en la misma zona, a unos dos mil metros de distancia con la casa de las chicas.

Este último se trataría del conductor de la Ranger, el cual, si bien pudo ser sacado del habitáculo con signos vitales, luego de la ardua tarea desplegada por un grupo de bomberos, que empleó herramientas hidráulicas para cortar los hierros retorcidos, en el hospital de Melchor Romero se informó al rato de su fallecimiento.

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Se supo que Manoukian, que tiene domicilio en capital federal, al momento de producirse el siniestro iba acompañado por su esposa de 44 años y los dos hijos, una nena de 14 y un nene de 16.

La mujer y la adolescente, con algunos golpes, tuvieron que ser derivadas para su atención a un sanatorio privado en el barrio porteño de Palermo, mientras que el chico resultó ileso, al igual que su padre.

Respecto de las causas del luctuoso episodio, serán motivo de una minuciosa investigación por parte de la fiscalía número 10 de La Plata, a cargo del doctor Carlos Vercellone.

Si bien existe una primera aproximación sobre lo ocurrido, al menos por lo que surge de las actuaciones policiales (“la camioneta Ranger se desplazaba por ruta 2, en sentido ascendente, y al llegar al kilómetro 54.500, intentó retomar la avenida 520 en dirección a la Plata, donde es embestida por la camioneta Land Rover, que circulaba sentido descendente”), a la escena fueron enviados varios peritos expertos en accidentología vial, que se encargaron de recopilar distintos elementos de prueba con la intención de determinar las responsabilidades penales del caso.

Por otra parte, a partir del reconocimiento de los cuerpos y, el contacto con sus familiares para los trámites de rigor, se podrá echar un poco de luz respecto de los movimientos de los fallecidos.

El accidente tuvo lugar poco antes de las dos de la mañana y un interrogante pasa por saber qué hacían las jóvenes y, la persona que las acompañaba, a esa hora en la ruta.

¿Iban a una fiesta? ¿Volvían de alguna reunión familiar? ¿Se iban de viaje?

Esos son algunas de las posibilidades que se barajan, aunque todo está sujeto a comprobación.

EL PEOR CIERRE DE AÑO

Como se dijo, el 2022 cerró con 71 personas muertas a causa de accidentes de tránsito en la Región.

El último episodio fatal tuvo lugar en Bavio, en el vecino partido de Magdalena.

Fue el 31 de diciembre pasado, en el kilómetro 95 de la ruta 36, donde impactaron un Toyota Corolla negro y un VW Golf.

En el primero rodado se desplazaba una pareja y un bebé de 8 meses, mientras que en el segundo otra pareja, que perdió la v ida.

Se habla de una presunta invasión de carril por parte del primer coche, lo que habría generado la colisión fatal.

Los tres ocupantes del Toyota Corolla, con politraumatismos de distinta consideración, tuvieron que ser derivados a un centro asistencial de la zona y el tránsito desviado hacia la banquina para poder garantizar, al menos, el flujo vehicular.