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A casi siete años de la muerte de George Michael, una película de Netflix explora la banda que lo catapultó a la fama, formada junto a su amigo del colegio Andrew Ridgeley
George Michael y Andrew Ridgeley, tan chiquititos y tan exitosos
George Michael fue la voz con alma del pop. Pero antes del malogrado George Michael hubo otro fenómeno: Wham!, la banda que fundó con su amigo del colegio Andrew Ridgley, que al principio fue denostada por los medios (pero siempre amada por el público): fue la catapulta para la estrella ochentera, también una máquina de hits. Y fue mucho más que eso, relata “Wham!”, el documental sobre el dúo que se estrena el viernes en Netflix.
Fueron solo 6 años. Meteóricos. La dupla formada con su compañero de colegio Andrew Ridgley (parodiada de manera excelente en “Letra y música”, con Hugh Grant) conquistó el mundo con canciones como “Wake Me up Before You Go Go”, “Freedom”, “Last Christmas” o “Careless Whisper” entre 1981 y 1986. Un año más tarde, Michael inició su aventura en solitario en 1988 con la grabación de “Faith”: veinte millones de copias vendidas, una gira mundial con más de cien conciertos, duetos con Elton John y Aretha Franklin... George Michael se convertía en un astro absoluto. Jugaba en la división de las superestrellas y rivalizaba con Madonna y Michael Jackson. Pero nada hubiera sido posible sin Wham!
Una banda de colegio, como tantas. Georgios Kyriacos Panayiotou nació en 1963 en el norte de Londres, pero la familia se mudó a Hertfordshire cuando George entraba en la adolescencia y allí, en el colegio, conoció a Andrew Ridgley.
Rápidamente se unieron gracias a un sentido compartido del humor y la música, amando a Queen, Elton John y David Bowie. La pareja formó primero un quinteto influenciado por el ska llamado The Executive y luego, en 1981, resurgió como dúo, tomando el nombre de Wham! de su primera canción completa, “Wham Rap”: evolucionarían a ser un dúo de pop pegadizo y bailable que, en una época de intensa conflictividad social representaba la vía escapista -algunos lo asociaban con el Thatcherismo-.
George Michael todavía no era un ícono sexual. Al contrario: mucho antes de ser una megaestrella con jeans ajustados, chaqueta de cuero y barba de diseñador, era torpe, regordete e inseguro. Incluso fue conocido por el apodo muy poco moderno de Yog. Ese es el retrato amoroso de un Michael joven y esforzado que se ofrece en un nuevo libro de Ridgeley. Ahora, de esa misma historia de amistad y música, Netflix presenta un documental con dirección de Chris Smith, un recorrido por su historia, con los altibajos del grupo durante el apogeo de su fama, al tiempo que rinde homenaje a la vida y la carrera de Michael.
Allí se verá como Michael no solo era el centro sobre el que gravitaba la imagen de Wham! y su mitad más sexy, sino también el talento creativo responsable de casi todas las canciones. “Make It Big” (1984), su segundo álbum, los elevó de estrellas británicas a sensación mundial. Incluso fueron los primeros en tocar en China.
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GRANDES EN CHINA
El tiempo ha enterrado un poco en el olvido ese hito histórico: Wham! fue el primer grupo de pop y rock occidental que tocó en la China comunista, un país entonces aún muy cerrado al exterior. Ridgeley y Michael dieron dos conciertos en Pekín y Cantón, en abril de 1985, cuando Wham! estaba en la cúspide de su fama. Un año más tarde se separarían.
Wham! era conocido por muy poca gente en China antes de su gira -algunos habían oído sus éxitos a través de la radio de Hong Kong, o en casetes de amigos extranjeros que estudiaban en las universidades de Pekín-, pero el representante del dúo, Simon Napier-Bell, se embarcó personalmente en el reto de llevarlos al gigante asiático.
Napier-Bell quería que el dúo pudiera colgarse la medalla de ser el primer grupo occidental en llegar a China, como así fue, y para ello tuvo que reunirse con decenas de líderes chinos con el fin de convencerles de que llevar a Wham! al país daría una buena imagen del régimen comunista, que entonces empezaba tímidamente a abrirse.
La misión no fue fácil: Napier-Bell tardó casi dos años de gestiones en conseguir el visto bueno de Pekín, y para ello tuvo que reunirse con 143 miembros del Gobierno chino, a menudo en interminables banquetes de negocios. El empresario contó esta “hazaña” en un libro publicado en 2005, con ocasión del 20 aniversario de los conciertos, y que tituló precisamente “Te voy a invitar a comer”, en recuerdo de aquellos meses de almuerzos con los líderes chinos.
Un año más tarde, llegaba el final para el dúo. “Ambos habíamos superado a Wham”, contó la semana pasada Ridgeley sobre el final de Wham! El artista se lamentó de que la dupla no haya realizado una gira despedida, pero entendió que Michael eligiera un gran concierto en Wembley para el final.
“Sentí que una gira final para despedirnos de nuestros fanáticos en todo el mundo habría sido un gesto generoso. Sentí que fue una cortesía para ellos haber hecho eso. Lo mínimo que pudimos haber hecho, para ser honesto contigo. Pero también entendí la ideología esencial de George detrás de tener un solo show”.
Andrew dice que siempre supieron que el grupo “representaría un capítulo en nuestras vidas. Se trataba tanto de nosotros como amigos y de nuestras vidas juntos cuando éramos jóvenes que habría restringido el crecimiento de George como compositor para seguir escribiendo dentro de los parámetros que estableció Wham”.
George Michael fue la voz con alma del pop. Pero antes del malogrado George Michael hubo otro fenómeno: Wham!, la banda que fundó con su amigo del colegio Andrew Ridgley, que al principio fue denostada por los medios (pero siempre amada por el público): fue la catapulta para la estrella ochentera, también una máquina de hits. Y fue mucho más que eso, relata “Wham!”, el documental sobre el dúo que se estrena el viernes en Netflix.
Fueron solo 6 años. Meteóricos. La dupla formada con su compañero de colegio Andrew Ridgley (parodiada de manera excelente en “Letra y música”, con Hugh Grant) conquistó el mundo con canciones como “Wake Me up Before You Go Go”, “Freedom”, “Last Christmas” o “Careless Whisper” entre 1981 y 1986. Un año más tarde, Michael inició su aventura en solitario en 1988 con la grabación de “Faith”: veinte millones de copias vendidas, una gira mundial con más de cien conciertos, duetos con Elton John y Aretha Franklin... George Michael se convertía en un astro absoluto. Jugaba en la división de las superestrellas y rivalizaba con Madonna y Michael Jackson. Pero nada hubiera sido posible sin Wham!
Una banda de colegio, como tantas. Georgios Kyriacos Panayiotou nació en 1963 en el norte de Londres, pero la familia se mudó a Hertfordshire cuando George entraba en la adolescencia y allí, en el colegio, conoció a Andrew Ridgley.
Rápidamente se unieron gracias a un sentido compartido del humor y la música, amando a Queen, Elton John y David Bowie. La pareja formó primero un quinteto influenciado por el ska llamado The Executive y luego, en 1981, resurgió como dúo, tomando el nombre de Wham! de su primera canción completa, “Wham Rap”: evolucionarían a ser un dúo de pop pegadizo y bailable que, en una época de intensa conflictividad social representaba la vía escapista -algunos lo asociaban con el Thatcherismo-.
George Michael todavía no era un ícono sexual. Al contrario: mucho antes de ser una megaestrella con jeans ajustados, chaqueta de cuero y barba de diseñador, era torpe, regordete e inseguro. Incluso fue conocido por el apodo muy poco moderno de Yog. Ese es el retrato amoroso de un Michael joven y esforzado que se ofrece en un nuevo libro de Ridgeley. Ahora, de esa misma historia de amistad y música, Netflix presenta un documental con dirección de Chris Smith, un recorrido por su historia, con los altibajos del grupo durante el apogeo de su fama, al tiempo que rinde homenaje a la vida y la carrera de Michael.
Allí se verá como Michael no solo era el centro sobre el que gravitaba la imagen de Wham! y su mitad más sexy, sino también el talento creativo responsable de casi todas las canciones. “Make It Big” (1984), su segundo álbum, los elevó de estrellas británicas a sensación mundial. Incluso fueron los primeros en tocar en China.
El tiempo ha enterrado un poco en el olvido ese hito histórico: Wham! fue el primer grupo de pop y rock occidental que tocó en la China comunista, un país entonces aún muy cerrado al exterior. Ridgeley y Michael dieron dos conciertos en Pekín y Cantón, en abril de 1985, cuando Wham! estaba en la cúspide de su fama. Un año más tarde se separarían.
“Ambos habíamos superado a Wham”, contó la semana pasada Ridgeley sobre el final de Wham! El artista se lamentó de que la dupla no haya realizado una gira despedida, pero entendió que Michael eligiera un gran concierto en Wembley para el final.
“Sentí que una gira final para despedirnos de nuestros fanáticos en todo el mundo habría sido un gesto generoso. Sentí que fue una cortesía para ellos haber hecho eso. Lo mínimo que pudimos haber hecho, para ser honesto contigo. Pero también entendí la ideología esencial de George detrás de tener un solo show”.
Andrew dice que siempre supieron que el grupo “representaría un capítulo en nuestras vidas. Se trataba tanto de nosotros como amigos y de nuestras vidas juntos cuando éramos jóvenes que habría restringido el crecimiento de George como compositor para seguir escribiendo dentro de los parámetros que estableció Wham”.
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