García Wehbi intenta dar respuesta desde el arte

Emilio García Wehbi ha dedicado su vida al teatro, y ahora, desde el arte, intenta responder al presente: el artista presentará mañana en La Plata “Operativo: Libertad total”, una intervención performática a cargo de una agrupación llamada CASTA: Comisión Administrativa para el Saneamiento del Territorio Argentino.

“Una parodia al discurso paleolibertario”, explica Wehbi, en diálogo con EL DIA, sobre la performance que tendrá lugar en Plaza Belgrano (13 y 40) desde las 18.30, y que será seguida por una masterclass en Casa Hereje (40 entre 14 y 15), a las 21, donde el hombre de teatro reflexionará sobre la práctica escénica y abrirá “mi caja de herramientas para comunicarlas a otres, para que puedan capitalizarlas y transformarlas en su propio método de creación”.

Antes de la clase magistral, Wehbi llegará a la plaza para presentar su performance, una acción abierta a cualquier transeúnte (“me interesaba la interacción entre algo preparado para ser visto por espectadores y, al mismo tiempo, por un transeúnte desprevenido que se encuentra con la acción”) llevada adelante por dos perfomers, Wehbi y Elvira Tanferna, vestidos con casacas negras “al estilo fascista, de los camisas negras”.

Los dos llevan adelante un acto eleccionario, donde “se le ofrece al público una elección”: deben elegir a quién expulsar el país con la finalidad de sanear Argentina. Los candidatos: “Aquellos indeseables que para la derecha reaccionaria son los causantes de los males argentinos: los jubilados, los pobres, los indigentes, las personas trans, las feministas. Todos esos sectores minoritarios que siguen siendo atacados por el Gobierno”.

Wehbi escribió el texto “a partir de las palabras que el Presidente ha utilizado para descalificar a estos sectores. Trabajamos con la fuerza del enemigo y construimos un discurso que con su propio bagaje agresivo, descalificatorio, humillante hace aparecer el gesto paródico: : no se puede creer que tales palabras hayan salido de la boca de un mismo sujeto, que encima es el presidente de un país. Sería para morir de risa, si no salieran de bocas de gobernantes”. Y, al final del acto, se abren las urnas para ver quién es merecedor de la expulsión.

La propuesta surgió durante la Feria del Libro Usado, cuando invitaron a García Wehbi a realizar una acción. “Luego del desconcierto y de cierto letargo que tenemos los artistas y los ciudadanos ante el avasallamiento de nuestros derechos, me parecía que era momento de empezar a producir algo desde el lado de la ficción, que no fuese ‘artivismo’, que no fuera solo discursivo, sino que fuera ficcional, sino que tuviese un grado ficcional altamente paródico para salir a plantear desde la práctica artística una respuesta poética a la situación política”, comenta.

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“Ese fue el motor. En eso estoy, tratando de pensar cómo desde el arte, sin transformarnos en un dispositivo discursivo, manteniendo las características de lo poético, de la ficción, podemos dar alguna respuesta contra el aluvión paleolibertario”, explica.

¿Puede el arte dar respuesta al presente, ayudar, empujar, dar esperanza y argumentos? “Creo que el arte en el siglo XX, a partir de las vanguardias históricas, colaboró con un dispositivo político. Pero en este capitalismo tardío del siglo XXI me resigno a no poder decir lo mismo”, dice Wehbi. De todos modos, agrega: “Pienso que las soluciones ahora no son macropolíticas, son micropolíticas, y dentro de esas micropolíticas el arte puede dar un empujón para que surja una utopía colectiva. Desde su esfera: es importante que el arte preserve su esfera poética, pero también dando una respuesta política, porque la relación entre ética y estética es una relación política. Entonces, en definitiva: el arte no puede dar una respuesta concreta en este momento, pero no hay que dejar de intentarlo”.