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La Ciudad |Niños y adolescentes los siguen por sus canales y compran sus productos

La ola “youtuber”: cómo se volvieron grandes referentes de la cultura juvenil

Exponentes de la era del vértigo y la virtualidad, entregan, en grageas filmadas de pocos minutos y a todo ritmo, lo que muchos chicos quieren: humor, canciones, parodias, reflexiones acerca de lo cotidiano, o todo a la vez

La ola “youtuber”: cómo se volvieron grandes referentes de la cultura juvenil

Julia con algunos de sus libros. “Aprendo un montón de los youtubers”, asegura / Gonzalo calvelo

CECILIA FAMÁ cfama@eldia.com

20 de Agosto de 2018 | 02:25
Edición impresa

Ya no miran televisión. Miran... a youtubers. Puede ser, sí, en el televisor; pero también en la computadora, en el teléfono móvil, en la tablet. El medio no importa, si expresa el mensaje. Niñas, niños y adolescentes se “vician” -tal como lo describen con sus propias palabras- con este tipo de contenidos online, durante horas. Están atentos a las novedades y los estrenos. Y ven a sus protagonistas con admiración e incluso fanatismo, pero los sienten cercanos, como si fueran parte de una ilusión interactiva y compartida.

“Siento que sabe que lo estoy mirando”, describe Abril (12). La escenografía del emisor puede ser un cuarto, una playa, una cancha de fútbol cinco, un lugar reconocible, común y sobre todo, real. No importa la grandilocuencia del decorado. Estos “performers” trascienden por su actitud, onda, simpatía, lenguaje, y por el feedback que establezcan con sus seguidores. Con mayor o menor cuota de ingenio y mucha estridencia, a veces acompañados por amigos que les “hacen la segunda”, producen, colonizan y reinan.

“Mis top five son ‘Juega Germán’, ‘000000El Rubius’, ‘Robleis’, ‘Los Polinesios’ y ‘Lenay’”, dice Julia (10), mientras muestra una libretita fucsia en la que la lista de canales de YouTube que mira, anotada detalladamente con lapicera, sigue por varias páginas. Alumna de quinto grado del Pedagógico de Barrio Jardín, Julia reconoce que “los veo bastante tiempo... al menos todo el que puedo cuando no estoy en la escuela ni en Bellas Artes” -está cursando el ciclo básico-; “mis amigas también los ven, en la escuela hablamos mucho de ellos. YouTube te avisa la lista de los videos que se subieron, te manda notificaciones, así que todas estamos viendo lo nuevo”.

“Ellos te enseñan”

“Yo aprendo bastante... Ellos te enseñan; tanto los que juegan y te muestran algunos trucos para pasar de nivel, como los que hablan de otros temas, de cosas de todos los días... Lo que dicen que te sirve de experiencia en la vida, digamos”, asegura Julia, mientras mueve sus mano y con los ojos bien abiertos trata de transmitir lo que le pasa cuando mira a sus ídolos, de los que tiene libros que lee habitualmente. Porque, claro, se trata de aprender.

La experiencia completa, además de seguirlos por YouTube y comprar sus libros, se cierra cuando estos personajes vienen al país a presentarse en funciones de teatro. “Fui a ver a Los Polinesios al Gran Rex; hacían retos, me encantó verlos. Ellos hacen gira para estar cerca de sus seguidores cada tanto, y eso está buenísimo”, concluye Julia.

Claro que estos ídolos del siglo XXI también caminan por las calles, y agitan banderas fuera del mundo virtual cuando lo creen necesario. Abril cuenta que “hace unas semanas fui a la marcha por la legalización del aborto al Senado y me pareció ver a Pedrito DMXXX. Pensé que no era; pero después vi que estaba con otro youtuber y me di cuenta de que era él. Me dio una emoción tremenda, pero no lo saludé... Ellos están con buzos con capucha, o tratan de tener gorras y esas cosas para que no los reconozcan, porque si no todo el mundo los para por la calle, les pide una foto, quiere saludarlos y eso es un plomo. Por ejemplo, Germán es de Chile pero ahora se mudó a Estados Unidos, está viviendo ahí porque lo reconocen menos... o lo molestan menos. En Chile ya no podía ni salir de la casa porque estaba lleno de personas esperándolo”.

A IMAGEN Y SEMEJANZA

“Subo pocos videos, pero sí tengo mi canal de YouTube. Ahora estoy jugando al Fortnite (uno de los videojuegos que hoy es furor entre los adolescentes) y subo algunas cosas. La Play tiene una función que te graba. Te podés grabar directo mientras estás jugando y además se escucha lo que decís. Podés hacer eso, grabarlo o editarlo. Está bueno.... Yo tengo 12 seguidores, que son mis amigos, pero estoy con ganas de armar un espacio más privado para hacer directos y hacer crecer un poco más la cuenta”, dice Rafael, de 16 años.

Entre los canales preferidos de Rafa están Town Gameplay, Juega Germán, Smosh y El Rubius. A los que más mira son a los que juegan al Fortnite o a los que “hacen cosas típicas y videos graciosos”. Rafa conoce un poco sobre “el negocio” de los youtubers y cuenta que “a ellos les pagan de acuerdo a los seguidores que tienen... y además, cobran por chatear con ellos o también podés ser patrocinador de su canal: pagando, tenés algunas ventajas, como ver los videos antes de que los suban. O por 25 dólares, podés chatear con ellos... hablarles durante el video, y ellos te responden. Yo no lo hice nunca, pero hay un montón de chicos y chicas que lo hacen”.

¿Cuándo mira YouTube? “En cualquier momento” -asegura Rafa-: “A la tarde, mientras hago la tarea, o los fines de semana... Ahora estoy más enganchado con jugar. Termino de cenar y me pongo a jugar al Fortnite hasta la hora de dormir, y los viernes a veces me quedo hasta la madrugada. Para mí es buenísimo, porque puedo jugar con mis amigos online. Muchos viven lejos de casa y es como que nos juntamos ahí... mientras jugamos, charlamos. El único tema es que es poco íntimo, porque ellos pueden ver o escuchar lo que pasa en casa: si mi mamá me dice algo o si mis hermanas charlan, pero bueno... es porque tengo la Play en el comedor y ahí está todo el mundo”.

Los padres de Rafa tratan de limitar un poco los horarios de videos y juegos. “Establecimos turnos, para que no haya peleas para ver quién tiene la Play o la compu y además para ponerles un límite de tiempo”, dicen. Pero también reconocen que “los ratos que no estamos en casa, ellos igual están jugando o mirando youtubers, seguramente”.

“A los youtubers les pagan de acuerdo a los seguidores que tienen. Además, cobran por chatear con usuarios”

Rafael Usuario de YouTube

“Los pioneros de YouTube son grandes, tienen veintipico, treinta años. El resto son adolescentes”

Abril Usuaria de YouTube

 

Abril y Rafa cuentan que lo último es el Twitch, una aplicación “para ver directos, que está mucho menos contaminada que YouTube” porque “a YouTube ya cualquiera sube cualquier cosa”.

“Los pioneros de YouTube son grandes, tienen veintipico, treinta... el resto son adolescentes. Lo típico es que tengan 16, 17, 18 años... yo los sigo más a ellos, porque son más cercanos. Algunas amigas están locas con ellos, pero a mí no me parecen lindos, yo los sigo porque me divierten o me gustan sus canciones. El otro día Pedrito DM subió una canción re-pegadiza y al otro día en la escuela todas la estábamos cantando y bailando”, relata Abril.

“Algunos cuentan que tienen novia; otros prefieren mantener en secreto su vida privada. Como sea, cuando ves youtubers te sentís su amigo o algo así. Sentís que te están hablando a vos, no que están actuando”, define. “Leney me gusta por la música que hace, que es un pop medio raro. Con mis amigas de Bellas Artes, que hacemos música, queremos algún día tener un canal de YouTube, pero es una plataforma muy masiva, así que por ahora armamos un Instagram juntas para subir nuestras cosas. No le damos mucha bolilla, pero es divertido”, confiesa.

“Para resumir, YouTube es parte de todos mis días. Llegás a tu casa, estás cansado y lo ponés. Podés distraerte, reírte y hasta aprender mucho: yo aprendí a tocar el ukelele mirando la compu, por ejemplo. También hay tips de maquillaje; lo que quieras”, concluye Abril.

FÚTBOL A SOL Y SOMBRA

No importa la edad ni el club del que sean, si niños de 5 años o jóvenes de 18, todos tienen en YouTube la posibilidad de ver partidos de fútbol todo el tiempo: editados, con análisis, con chistes, llenos de memes, con resúmenes de goles, canciones, lo que quieran.

Hay youtubers que ni juegan ni cantan, sino que están dedicados a mostrar o comentar fútbol y tienen miles de seguidores. El último Mundial de Rusia ha dado tanta tela para cortar, que aún siguen subiendo bloopers o goles, pero si no, todo es tema: la Champions League, la Copa América, la Superliga, la Premier o la Bundesliga, todo suma.

También se detienen en juegos de la Play como el FIFA, porque de lo que se trata es de ver, analizar y hablar de fútbol. “Polémica en YouTube” es lo que ven los nenes, hijos o nietos de quienes esperaban un momento de un día en particular para mirar “Polémica en el Fútbol”.

No hay panelistas ni periodistas deportivos especializados, ni DTs, sólo adolescentes de entre 15 y 18 años que comentan, critican, halagan y resumen todo lo que pasa en el fútbol mundial y sus ídolos.

Nacho tiene 7 años y va a la Escuela 10. También juega al fútbol en una escuelita del barrio. Los ratos que no está en la escuela, en entrenamiento o haciendo la tarea, está conectado a su tablet -que lleva literalmente hasta al baño- mirando a Fran MG o alguno de sus colegas. “Mi mamá a veces no me deja estar con la tecnología. Es más, si me porto mal o desobedezco, tengo el castigo de estar unos días sin tecnología. Pero a veces, si estamos en un restaurante, o esperando algún turno, ¡me da el teléfono para que mire algo y espere tranquilo!”, se ríe.

“Miro partidos, aprendo jugadas o me muero de risa. Algunos videos están hechos con canciones de trap, con letras divertidas. Está muy bueno. Además me informo”, asegura. “Sé cómo vienen los pases, o si algún jugador está lesionado. Todo se está actualizando permanentemente. Ya no es necesario mirar tele, sólo miramos YouTube, ahí está todo”, concluye.

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Julia con algunos de sus libros. “Aprendo un montón de los youtubers”, asegura / Gonzalo calvelo

“Sigo a muchos por Twitch, una plataforma que está mucho menos ‘contaminada’”, dice Rafa / G. Calvelo

Una lista con varios de los “ídolos” de YouTube / Gonzalo Calvelo

“Pedrito subió una canción re-pegadiza y en la escuela todas la cantamos”, cuenta Abril / G. Calvelo

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