En calle 12, el “antídoto” contra los grafitis no alcanzó ni a plasmarse que lo vandalizaron

La “galería de arte nocturna” pensada para evitar los ataques con grafitis en las cortinas metálicas del centro comercial de calle 12 nació un día y murió al siguiente. Por obra del mismo mal que se intenta erradicar con el proyecto artístico, las persianas que habían sido cubiertas con pintura blanca para establecer así la base de los murales fueron garabateadas por manos anónimas y ahora hay que empezar todo el trabajo de nuevo.

Hasta la 1 de la madrugada del jueves los alumnos de la facultad de Bellas Artes que participan de la iniciativa acordada entre la Asociación de Amigos de Calle 12, el Municipio y la unidad académica estuvieron trabajando en las primeras persianas a intervenir, sobre la cuadra de 12 entre 54 y 55. Hoy a las 8 ya estaban pintarrajeadas de nuevo con los clásicos caracteres grafiteros.

Son, en principio, unos 60 comerciantes los que firmaron aceptando la propuesta que busca crear el efecto de un largo mural con el conjunto de las cortinas de cierre de los locales de 12 entre 54 y 64. La idea es que se exhiban diferentes paisajes típicos argentinos a través de un diseño que mantiene una contigüidad local tras local.

Tal es la idea de continuidad en la temática de los paisajes que se decidió reservar las cortinas de los locales que todavía no adhieron al proyecto para incorporarlas más tarde, cuando se logre que los propietarios de los negocios que todavía no aceptaron ser de la partida acepten la iniciativa.

El proyecto fue concebido, justamente, para combatir la oleada de grafitis que inundó todo el corredor de 12. Se suele pensar que, como un código urbano, donde pintó un artista ningún grafitero sobrepinta. “Pero no dieron tiempo, porque dejaron la persiana con la base blanca para empezar con la obra y en pocas horas la taparon”, contó uno de los comerciantes involucrados con el proyecto, Pablo Lara.

Ocurre que las marcas de aerosoles están por toda la vía pública de la Ciudad y cualquier espacio en una fachada que se muestre libre es blanco de los garabatos. De ahí que las cortinas comerciales de calle 12 que estaban preparadas, como lienzos a cielo abierto, para el despliegue del largo mural, fueron el objetivo de una nueva acción vandálica.

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Pero la intención es no abandonar la pelea e insistir. Esta noche y durante todo el día de mañana, cuando los negocios permanecen cerrados y con las persianas bajas, la veintena de estudiantes de Bellas Artes volverá a la carga con la pintura blanqueadora y hasta es posible que alcancen a delinear los primeros trazos concretos del bosquejo artístico.

Para impedir que nuevas pintadas tiren por tierra el avance del proyecto se solicitará la presencia de agentes municipales que custodien la cuadra intervenida durante toda la noche.

Lara lamentó lo sucedido cuando se iniciaron la tareas de blanqueamiento de las persianas porque, señaló, “costó bastante que la mayoría de los comerciantes nos pusiéramos de acuerdo con la propuesta, y una vez que se consiguió reunir 60 firmas para empezar con el proyecto los grafiteros pintaron encima”.

Todos ponen

Esta galería que funcionará como una suerte de paseo durante la noche estaría lista, según se adelantó, en menos de dos meses. Por el acuerdo entre las partes, a la Comuna le toca afrontar los gastos de los materiales, la Universidad aporta la mano de obra y los comerciantes se harán cargo de la iluminación que acompañará la puesta desde los locales.

La obra sólo será posible contemplarla en horarios nocturnos debido a que durante el día los locales están abiertos y con sus cortinas de metal levantadas. También podrá apreciarse los domingos y las jornadas de feriados.

Desde el Municipio se había remarcado oportunamente que la iniciativa busca “fomentar y promover el trabajo de artistas locales, que podrán exhibir su arte en la vía pública”.

Hace por lo menos dos décadas que la Ciudad comenzó a ser pintarrajeada por los grafitis, pero en los últimos años la agresión contra los frentes de las construcciones se agravó. Al principio el aerosol sólo impactaba sobre paredones de terrenos no habitados, luego la práctica se fue extendiendo a los edificios públicos y las viviendas particulares, y más acá en el tiempo cobraron un mayor interés para descargar ese arte callejero las persianas comerciales. Y calle 12, aunque no la única, ha sido una de las zonas más castigadas en ese sentido, lo que se advierte cuando los locales están inactivos: casi ni uno a lo largo de diez cuadras mantiene su cerramiento limpio de grafitis.