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A 58 años del el trágico fallecimiento de Marilyn Monroe, la primera imagen que se viene a la cabeza de muchos de sus fans es la del film “La Picazón del Séptimo Año” (1955) en la que se ve a la diva con su pelo corto, ondeado y rubio, sus labios rojo carmesí y un vestido blanco de escote profundo que parece tener vida propia gracias a una brisa.
Diseñado por el modisto californiano William Travilla, dicha prenda se convirtió en uno de los botines más preciados en el mundo de los coleccionistas. Todo gracias a la histórica escena rodada el 15 de septiembre de 1954. Si bien la intención inicial de rodarla en exteriores aquello no se pudo por la gran cantidad de fans que coparon la esquina de la Calle 54 y Lexington Avenue.
Pero aquello no fue impedimento para que el director Billy Wilder, para que el director lograra aquella escena que hasta ese momento sólo rondaba su cabeza. Tras preparar el set de grabación, la rubia perpetró uno de los momentos más recordados en la historia del mundo cinematográfico.
A raíz de ello, tras su muerte, el diseño cóctel de tono marfil, provisto de un leve efecto de satén y un escote profundo, que terminaba en una especie de corpiño que elevó indudablemente la silueta de Monroe y que estaba coronado por la pieza florecía en una falda plisada, se convirtió en uno de las piezas más deseadas.
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En poder de su diseñador Travilla, el vestido pasó varios años guardado hasta 1990, cuando el modisto falleció. En ese momento las prendas vieron la luz y empezaron a protagonizar exposiciones curadas que recorrieron distintas partes del mundo en honor al legado de la actriz.
Años después, la pieza pasaría a manos de otra estrella del cine, la actriz Debbie Reynolds, inolvidable por su papel en la cinta “Cantando bajo la lluvia”. Reynolds, era también una gran admiradora de Monroe, por lo que cuidó el vestido con mucha dedicación, hasta el año 2011, cuando lo ofreció en subasta.
Fue allí que la prenda diseñada por Travilla y lucida por Marilyn se convirtió en la más costosa de la historia, pues el mejor postor ofreció la exorbitante cifra de 5 millones 520 mil dólares por ella.
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