Domingo desde el sillón: documentales que se toman deporte como un juego

Vivimos rodeados de documentales deportivos. Ya era un tema interesante para los documentalistas, antes de que los clubes e instituciones se dieran cuenta de que podían ser piezas magníficas de marketing disfrazadas de películas y series, y de que las plataformas abrazaran el subgénero porque la pasión de los hinchas, como dicen hoy los gurúes, “fideliza”, es decir, consigue la adhesión del cliente.

Pero aquí no leerán esos documentales que muestran la intimidad edulcorada de los planteles o los equipos de carreras, que retratan con corrección política algún evento grande, los Mundiales, los Juegos Olímpicos: porque existen otros, que se toman la épica exacerbada del deporte para la chacota. Lejos de la solemnidad “oficial”, en las sombras de los grandes documentales deportivos habitan estas historias, mínimas, risueñas, sobre extraños personajes, situaciones curiosas, victorias y derrotas. Porque mirado de cerca el deporte es una tragedia, pero mirado de lejos, es una comedia.

Mirado de cerca el deporte es una tragedia, pero mirado de lejos, es una comedia

Pioneros en el género son algunos documentales de la serie ESPN 30 for 30 que pueden verse por Flow, aunque entran y salen del catálogo: películas como “The Birth of Big Air”, sobre un pionero del ciclismo BMX que no dejó hueso sin romper, “I hate Christian Laettner”, sobre uno de los grandes villanos del básquetbol, “The Real Rocky”, la historia del verdadero Rocky, o la imperdible “The Good, The Bad, The Hungry”, sobre una competencia de gente que come panchos, muestran otro lado, igual de apasionante pero mucho menos solemne, del deporte.

El último en este pequeño subgénero en aparecer en las plataformas on demand es “Arreglado: una comedia de fútbol”, estrenada este mes en Amazon Prime Video, que comienza con un partido amistoso de fútbol entre las selecciones de Bahréin y Togo. Fue un partido legendario debido al resultado, la realización y el curioso desarrollo del partido. Y también fue legendario porque cambió drásticamente la visión que el público tenía hasta ese momento sobre el amaño de partidos. ¿Cómo era posible que se hubiera jugado un partido oficial de la FIFA con un “equipo falso”? ¿Cómo era posible que incluso las personas estrechamente involucradas no lo supieran? Los protagonistas se enfrentan a la cámara y explican el extraño episodio.

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“Arreglado”

No es la única de estas perlitas cómicas que ofrece Amazon Prime Video: además de “El Presidente”, acercamiento satírico desde la ficción al FIFA Gate (dirigida por Armando Bó), también se puede ver en la plataforma “Kaiser!”, la increíble historia de Carlos Hernique Raposo, futbolista de larga trayectoria, que fue parte de los planteles de grandes equipos como Botafogo y Flamengo… y que no jugó un minuto. Decidió convertirse en futbolista cuando comprobó que las chicas se volvían locas por ellos, y, buscavidas, encontró la forma de seguir jugando a la pelota, aún sin jugar a la pelota. Crack.

De estas historias mínimas, extrañas, sobre queribles personajes que consiguieron escabullirse en el mundo hiperprofesional y súper serio del deporte se tratan dos propuestas de Netflix. La entrañable serie documental “Losers” es una, y retrata en un puñado de capítulos una serie de derrotas emblemáticas del deporte, desmitificando esa idea de fracaso que hay en torno a las caídas en el campo.

La otra es “The Battered Bastards of Baseball”, que narra una de las últimas grandes historias reales no contadas del béisbol: en 1973, el veterano de Hollywood Bing Russell creó el único equipo de béisbol independiente en Estados Unidos en ese momento, el legendario Portland Mavericks. Bing operaba sin afiliación a las Grandes Ligas mientras jugaba en una ciudad que era considerada un páramo para el béisbol profesional. Las pruebas para pertenecer a los Mavericks, que estaban abiertas al público, estaban llenas de aspirantes que llegaron en masa de todos los estados de Estados Unidos, muchos de los cuales habían sido rechazados por el béisbol organizado. Los escépticos acordaron que nunca funcionaría. Pero los Mavericks de Bing generaron un éxito sin precedentes.

“Screwball”

El de Bing Russell es un equipo tan querible como los muchachos de Racing de Córdoba que protagonizan “Prode”, documental humilde y cariñoso que puede verse a través de Flow. Los protagonistas reviven lo ocurrido en mayo de 1984, cuando el plantel cordobés jugó en conjunto una boleta de Prode y, cuando salían a la cancha, se dieron cuenta de que habían acertado todos los pronósticos: solo faltaban ellos.

Pero la joya de la corona de Netflix, sin lugar a dudas, es “Screwball”, un extrañísimo documental sobre el dopaje masivo en las Grandes Ligas de béisbol, donde las recreaciones de los hechos (que incluyen mafiosos de poca monta y situaciones bizarras con la Miami más “fortiana” de fondo) son realizadas por… chicos. Por cierto, uno de los señalados en esta comedia perfecta es Alex Rodríguez, el marido de J-Lo. Y sale bastante mal parado.