Más sanciones para frenar la anarquía del tránsito en la Región

En la periferia platense el tránsito automotor volvió a evidenciar en las últimas jornadas un alarmante grado de descontrol, con choques y otros incidentes viales que cobran vidas y dejan gente herida. El fenómeno se registra en calles pertenecientes a las tres zonas tradicionales, la Norte, la Oeste y la Sur, aunque también alcanza vigencia en Ensenada y Berisso.

Si en la principal avenida céntrica de nuestra ciudad se registraron en fecha reciente tragedias con vehículos lanzados a altísimas velocidades, sería algo excepcional que no ocurriera lo mismo en las afueras, con calles hasta hace poco subrurales y casi desiertas, que ahora evidencian cada vez un mayor tránsito, con no pocos vehículos que se desplazan a velocidades impropias para esos lugares.

Tal como se dijo en este diario, a dos meses y medio de culminar este año y en medio de una ola de siniestros viales provocados por irresponsabilidad y negligencia al volante, los accidentes de tránsito volvieron a ser noticia en la Región y no de las buenas. Una de ellas consistió en un choque registrado en Villa Elvira entre una moto y un camión que dejó como saldo el fallecimiento de un nene de 3 años, una tragedia que aceleró y agravó un problema que parece no encontrar solución.

Esa fue la segunda víctima fatal en octubre. Y según se reflejó en informes anteriores, septiembre cerró con un total de ocho (8) fallecidos y se convirtió en el segundo mes de este año con más tragedias de tránsito. Sin embargo, agosto fue el más dramático, con 10 fallecimientos, una cifra que hizo recrudecer el fenómeno de la inseguridad del tránsito en la Región.

En la periferia platense se vino experimentando en los últimos años un crecimiento urbanístico exponencial, en localidades y zonas como Abasto, Etcheverry, Olmos, Ringuelet, Gorina, Gonnet, City Bell, Villa Elisa, Villa Elvira y otras. Y ese fenómeno se ve acompañado por un incremento incesante del parque automotor.

Calles que fueron durante décadas estrechas -lo siguen siendo ahora- y poco transitadas, se ven hoy virtualmente congestionadas por distintas clases de vehículos, muchos de los cuales circulan a altísimas velocidades.

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En cada esquina de esas localidades existe una suerte de ruleta rusa para el tránsito, impensada en años anteriores por la escasa circulación que existía.

Ese cambio urbanístico y demográfico no se vio correspondido por medidas de índole preventiva, por una imposición visible de velocidades máximas ni por ninguna campaña de concientización destinada a los conductores.

La elocuencia de las cifras estadísticas viene marcando con claridad un contexto de emergencia vial en la Región que debería ser atendido y corregido en la Región por las autoridades municipales y los tribunales de Justicia, imponiendo severas multas y sanciones penales a quienes suponen que todo vale con un volante en las manos. Los controles, las multas y las sanciones más graves deben cobrar mayor vigencia, para frenar esta anarquía y los altos niveles de inseguridad en el tránsito.