“Los Soprano”: a 20 años de la serie que cambió el rumbo de la ficción televisiva

Del logo de HBO se pasa a fundido a negro y en esa pantalla sin vida aparece Tony Soprano. Está en una sala de espera. Mira desafiante a una estatua femenina. La puerta a su derecha se abre y una mujer lo invita a entrar en la sala y sentarse. Entre silencios recelosos, zoom de cámara y planos contrapuestos, Tony comienza a hablar con la que será su psiquiatra, la doctora Melfi.

Así, sin artificios, con un realismo encarnizado, comenzó “Los Soprano”. Fue a principios de 1999. Hace ahora 20 años.

Dos décadas después de aquel primer episodio, “Los Soprano” sigue siendo considerada una serie de culto y la mecha de la explosión que cambió el curso de la ficción televisiva para siempre.

LA CLAVE DEL ÉXITO

Al principio, David Chase, el creador de la serie, había presentado la idea a Fox, una cadena generalista en abierto, que la rechazó. “Creían que era un formato arriesgado que se salía mucho de los convencionalismos”, dice Concepción Cascajosa, profesora de Comunicación Audiovisual de la Universidad Carlos III de Madrid y autora del libro “Prime Time. Las mejores series de TV americanas: de C.S.I. a Los Soprano”.

Había algo novedoso en que un mafioso acudiese a una consulta psiquiátrica, en mostrar todas las aristas de un personaje atormentado que sueña con los patos que un día ocuparon su piscina.

“David Chase venía de la televisión, pero llevaba toda la vida queriendo hacer películas y diseñando planteamientos para hacer un largo. Y de ahí salió la idea de Los Soprano”, cuenta Cascajosa.

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“Planeé tener a Robert De Niro como… bueno, él no tenía un nombre aún, y Anne Bancroft como su madre. Pero iba a firmar con una nueva agencia y me dijeron que las comedias de mafia estaban muertas y que debería olvidarme”, dijo Chase al New York Times, sobre la idea inicial de que fuese una película.

Tras el rechazo de Fox, Chase se encontró con HBO que quería arriesgar y apostar por algo distinto.

“En la serie vemos capítulos en los que incorporan sueños, que es un elemento bastante interesante. También abre tramas que parecen que van a ser muy importantes y de las que, tras un capítulo, no vuelves a saber nada… Yo creo que era una serie que iba muy en contra de determinados convencionalismos y que materializó la viabilidad comercial de hacer cosas diferentes”, cuenta la profesora.

A partir del éxito de “Los Soprano”, otras cadenas de pago se interesaron por producciones más arriesgadas. También las cadenas en abierto se dejaron contagiar por el efecto de la familia de New Jersey. Y así, poco a poco, se ha llegado al punto actual en el que hay directores, realizadores, guionistas y actores de renombre haciendo televisión, algo que antes se veía como secundario y carente de prestigio.

GANDOLFINI, AL SERVICIO DEL PERSONAJE

Chase quería hacer una serie sobre la mafia porque quería plasmar en ella a la comunidad estadounidense de ascendencia italiana. “Yo soy italoamericano y quería retratar a italoamericanos. Todo esto hizo que la gente me dijese: ‘tú no estás retratando a los italoamericanos como son. No todos son gánsteres’. Y eso también se veía en el show. La doctora Melfi no era un gánster. La gente con la que se encontraban tampoco. Solo que la mayoría sí lo era”, declaró Chase al diario neoyorkino.

Los personajes de “Los Soprano” eran complejos, pero realistas al mismo tiempo. Sin duda, uno de los pilares sobre los que se fundamentó el éxito de la serie fue el diseño de los mismos y el casting, la mayoría de ascendencia italiana.

Pero si uno destaca por encima del resto, ese es Tony Soprano. Tony ponía al espectador en una situación ambigua, a veces incómoda.

“La idea de que una mala persona también pudiese ser encantadora y que se preocupase por su familia hacía pensar… ¿cómo me hace sentir esto?”, dijo Eddie Falco, la actriz que encarnó a Carmela Soprano, la mujer del capo.

Y Tony Soprano no sería Tony Soprano sin la interpretación de James Gandolfini. El actor se apoderó del personaje desde el principio.

En una escena de la primera temporada en la que su sobrino, Christopher, le decía que iba a escribir un guion sobre la mafia y se iba a ir a Hollywood, Tony tenía que decirle “¿Estás loco?” y darle una bofetadita cariñosa. “Fuimos a rodarlo y Jim lo levantó de la silla, lo agarro por el cuello, lo sacudió y le dijo ‘¿Qué? ¿Estás loco?`. Yo pensé: ese es Tony Soprano”, cuenta Chase.

Soprano no es 007, ningún otro actor podría darle vida ahora. Y ese es el mayor logro de Gandolfini. La credibilidad y el talento del actor fueron fundamentales para el éxito de un personaje que lanzaba tantos desafíos al televidente.

NO HABRÁ PRÓXIMA VEZ

La serie acabó en 2007 y desde entonces, el vacío que dejó en algunos seguidores sigue presente. No solo por quedarse huérfanos de su serie favorita, sino por el cómo. El final.

El final, que tantas ampollas levantó entre los más fieles seguidores, es lo único que su creador no cambiaría.

“Ese corte a negro fue una apuesta por un gran colofón final”, relata la profesora Cascajosa. “Chase optó por una fuga, coherente con el resto de la serie. De hecho, los cortes a negro iban a ser más y la cadena acabó negociándolos con el creador”, cuenta Cascajosa.

“Es la rotura definitiva del convencionalismo y creo que tuvo mucho que ver con la experiencia de los que lo vivieron en ese momento. Yo fui una de esas personas y cuando pasó me lancé a por el control a ver qué pasaba”, añade.

Y no fue la única: abonados de HBO llamaron al servicio de atención al cliente para preguntar qué había sucedido. Creyeron que se trataba de un fallo de emisión o de recepción de su tele.

“Enojó a mucha gente. A veces no me puedo creer que fuese tan importante”, dijo Chase al NYT sobre el polémico final. “Tengo que decir que estoy cansado de ello. Y también me siento como… hubo 86 episodios y estáis obsesionados con ese, ¿no podemos hablar de otra cosa?”, sentenció.

Hay muchas teorías sobre el destino de Tony Soprano, sobre lo que escondió ese corte a negro. Cada fan puede hacerse una idea y creer lo que mejor encaje en su sed de finalización, pero no habrá por parte de Chase ninguna explicación extra.

“No había manera de hacer feliz a todo el mundo con el final de esa serie. Y a mí me gusta que cada persona tuviese que rendir cuentas a sí mismo”, dijo Falco sobre el final. No todas las preguntas tienen respuesta y eso también está bien.