Los libros infantiles que esperan “del otro lado del árbol”

En el Parque Saavedra esperan por lectores más de 13.000 ejemplares, todos los días menos los domingos, de lunes a sábados de 9 a 17.30. Es una biblioteca joven, como su público infantil, que nació en la Ciudad a principios del año 2011. Pero su corta trayectoria no le impide ser destacada, como que este año fue distinguida con el premio Pregonero en la 26ta Feria del Libro Infantil y Juvenil 2016.

El motor de esta entidad, que persigue la promoción de la lectura, el acercamiento a los libros y la exploración y el disfrute del arte en general como una forma de fortalecer la esencia misma de la niñez, es su propia fundadora y actual coordinadora, Paula Kriscautzky, quien, en aquel año 2011, sintió la necesidad de transformar el dolor en acción.

Es que la hija de Paula, Pilar, iba a la última sala del jardín de infantes cuando, a sus cinco años, la sorprendió una grave enfermedad. Pilar estaba aprendiendo a leer y, como a todos los chicos, le gustaba jugar en la plaza, escuchar cuentos y dibujar. Y durante su tratamiento, ella y su familia soñaban con una biblioteca que acompañara a los chicos que atravesaban situaciones difíciles como la que a ellos les tocaba vivir. Pero un día, Pilar voló hacia el sol y la luna. Fue el 12 de enero de 2011.

Su madre, familiares y amigos, emprendieron entonces una formidable obra para comenzar a concretar el sueño de Pilar.

Consiguieron un galpón en el Parque Saavedra, y comenzaron a sumarse cientos de manos y miles de donaciones, hasta conformar y consolidar un espacio con miles de obras infantiles, un lugar bello, mágico, creativo e inspirador, donde la naturaleza y la literatura se funden para que los niños disfruten de los libros y los árboles, en un homenaje permanente a la infancia.

“La voluntad social de estas bibliotecas las hace emprender iniciativas muy diversas para llegar a sus lectores, contribuir a su alfabetización y acercarles sus servicios más allá de sus paredes o por encima de determinadas dificultades personales”

El proyecto de esta biblioteca, desde su misma inauguración, lo que ocurrió el 2 de abril de 2011, cuando Pilar debería haber cumplido 6 años, apuntala su trabajo sobre tres campos de acción, educación, salud y cultura. Del mismo modo, la promoción y protección de los Derechos del Niño, en una constante que atraviesa todas las actividades y encuentros en la biblioteca.

La biblioteca popular Del Otro Lado del Arbol está abierta para la lectura y préstamo de libros, de lunes a sábados, y también para sus trabajos de extensión bibliotecaria. Tiene 4.500 usuarios socios que pagan una cuota mensual de 20 pesos por grupo familiar, lo que permite retirar dos libros por integrante cada 10 días.

“La voluntad social de estas bibliotecas -cuenta Paula- las hace emprender iniciativas muy diversas para llegar a sus lectores, contribuir a su alfabetización y acercarles sus servicios más allá de sus paredes o por encima de determinadas dificultades personales, económicas o sociales, dando lugar a lo que tradicionalmente se ha llamado extensión bibliotecaria. Así, tenemos una murga (“Los Impacientes del Parque”); recibimos visitas de unos 7.000 niños al año con sus docentes en un proyecto pedagógico; y otro de Salud en el cual visitamos la Casa Cuna y la Casa Ludovica para hacer talleres de lectura”.

Claro que “Del otro lado del árbol” es más que una biblioteca. Es también un libro que era el preferido de Pilar y cuya autora, la francesa Mandana Sabat, visitó semanas atrás la Ciudad para llegar hasta la biblioteca y encontrarse con las mismas imágenes de su obra, que tanto le gustaban a Pilar.

Así, en medio de una añeja arboleda, la biblioteca, que recibe a cientos de niños por semana que encuentran allí un lugar de lectura, escucha de cuentos y aprendizaje de talleres artísticos de máscaras, títeres y murgas, y cuyas paredes exteriores tienen dibujados personajes de cuentos, continúa creciendo permanentemente gracias a la colaboración de cientos de platenses que a diario acercan cientos y cientos de libros a la Fundación del mismo nombre, cuyo presidente es Fabián Andicoechea, el papá de Pilar.

“Del Otro Lado del Arbol”, en definitiva, es mucho más que una biblioteca infantil -aunque también ofrece ejemplares para jóvenes y adultos- para convertirse no solo en un homenaje permanente para Pilar, la niña que la inspiró, sino para todos los niños que amen la lectura.