Sin desabastecimiento: la Región está cargada de inseguridad

La Región muestra un nivel de inseguridad muy marcado, lejos de cualquier situación de desabastecimiento en materia delictiva. Y como ejemplo de esa preocupante realidad, haciendo un parangón con la falta de combustibles vivida hace pocos días a nivel país, el robo registrado en una estación de servicio en el barrio El Retiro, entre varios episodios violentos, refleja un contexto cargado de ataques armados. Como se dijo, uno de ellos en esa expendedora de naftas, que está situada en el cruce de 44 y 161.

El delito en la Región está a la orden del día. Tanto que en las últimas horas hubo varios casos de robo

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Según el reporte al que tuvo acceso este diario, el hecho se registró en horas de la madrugada de ayer, cerca de las cinco, cuando dos motochorros pisaron la playa de estacionamiento, al lado de los surtidores.

Fue un empleado quien avanzó hacia ellos sin saber lo que le esperaba. Pensó que eran clientes.

Sin embargo, grande resultó la sorpresa cuando ambos le mostraron que tenían pistolas.

Así, en contados instantes, pudieron hacer de la plata que correspondía a parte de la recaudación de la noche y se dieron a la fuga con dirección desconocida.

Por el caso, al margen de los rastrillajes que se montaron por el sector, no hubo detenidos.

En ese sentido, se indicó que ahora se intentará individualizar a los autores del golpe a través de las cámaras de seguridad del barrio, ya que tampoco hubo testigos.

EN VILLA CASTELLS

Una vivienda enclavada en la Zona Norte se convirtió en blanco de una incursión de un grupo de amantes de lo ajeno.

Pasó en la esquina de las calles 7 y 504, donde en ausencia de los propietarios, pudieron vulnerar la seguridad del domicilio para sacar de varios objetos de valor de su interior.

Al arribo de personal policial, poco antes de las diez de la mañana de ayer, se constató que las rejas de las aberturas se encontraban forzadas.

Al regresar a la finca, su dueño, que es hipoacúsico, se encontró con un panorama extraño. Patrulleros en la puerta y varios efectivos caminando por la cuadra.

Por eso se debió hacer entender a través de varias notas, que redactó de su puño y letra.

Con tristeza, el damnificado por el escruche descubrió cómo una ventana lateral de 2 metros de alto, por 1,50 de ancho, de dos hojas, tenía su reja de protección doblada a la mitad hacia afuera.

Con ese panorama, ante la presunción de que había sufrido un robo, avanzó sobre el interior del inmueble y confirmó las sospechas.

Los delincuentes le habían sacado un televisor de 43 pulgadas; una notebook; un celular; una bicicleta de color roja y una mochila con documentación.

Los voceros también refirieron que los intrusos generaron un gran desorden en el lugar.

BERISSO

Por último, en una casa situada sobre la calle 124 Norte al 1900 de Berisso, dentro de la localidad de Villa Progreso, una familia la pasó muy mal por un asalto.

Sucedió anteanoche, alrededor de las 22:40, cuando un hombre aún lavaba su vehículo particular en un garaje de la propiedad, que está techado, pero abierto.

Lo acompañaba la mujer, con tareas típicas de la casa y sin pensar la pesadilla que se estaba por desatar.

El delincuente que los amenazó con un arma, trascendió, alcanzó a filtrarse por la entrada principal, ya que el acceso enrejado había quedado sin llave.

“Quedate quieto y entrá en la casa”, fue la primera frase en tono de amenaza que lanzó. Después siguió con “dame toda la plata, ya te vendieron”.

En medio de ese instante de absoluto terror, el ladrón llevó al matrimonio a la planta alta de la vivienda, donde, siempre bajo amenazas, se apoderó de una suma de dinero en efectivo, en el orden de los 35 mil pesos.

En el hecho de Berisso, el ladrón huyó con dinero, dos celulares y un auto recién lavado

Después, los llevó a la planta baja, donde siguió pidiendo pertenencias por espacio de varios minutos.

El final llegó con la obtención de dos celulares y las llaves del coche que el damnificado estaba lavando, un Ford Focus III de color blanco, con el que aceleró para escapar de la escena.

La huida, de acuerdo al relato de las víctimas, se dio por la calle 124 Norte hacia 122, en dirección a La Plata.

Afortunadamente, a pesar del mal trance, no hubo que lamentar heridos.

Del solitario ladrón se indicó que tendría 1.65 metro de altura, robusto, tez trigueña y tonalidad argentina. Además vestía ropas oscuras, llevaba gorra y tenía la cara tapada con un pasamontañas.