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La Ciudad |FUE DISTINGUIDO CON LA “ORDEN DEL BUEN VECINO”

Nello Príncipi: el “Gardel” de la pesca deportiva y un ejemplar ciudadano platense

Como pescador alzó más de 500 trofeos y obtuvo varios campeonatos nacionales y uno sudamericano. Patentó un famoso tipo de boyas. Fue constructor, violinista y periodista

Nello Príncipi: el “Gardel” de la pesca deportiva y un ejemplar ciudadano platense

Nello Príncipi, en su escritorio, rodeado de trofeos

2 de Marzo de 2025 | 00:06
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Su temperamento calmo y amable, sus múltiples acciones solidarias en beneficio de la comunidad de la Ciudad, su enorme humildad y su creatividad, fueron todos valores que superaron intangiblemente sus inigualables logros como pescador deportivo, el más importante de todos los tiempos en nuestro país y con pergaminos que muy difícilmente puedan ser alcanzados.

“Simplemente tengo suerte”, era su característica respuesta para responder las asombradas preguntas de otros pescadores cuando Nello llegaba, por ejemplo, a una playa de la costa bonaerense en la que nadie sacaba nada del agua y él, a los pocos minutos había realizado varias capturas.

Pero esa respuesta se debía a su humildad característica y no a un afán de esconder secretos de la actividad, ya que siempre mostraba sin tapujos y hasta podría decirse, de una manera didáctica, a quienes lo consultaban en los sitios de pesca los anzuelos, el tipo de nylon y la carnada que empleaba. Pero era algo de no creer porque en incontables oportunidades, muchos cambiaban sus artes de pesca poniendo otras iguales a las de Príncipi y empleando los mismos cebos, y siempre, y por lejos, era el platense el que más piezas capturaba.

Por eso es que muchos pescadores deportivos han afirmado durante décadas que este hombre era poseedor de un don especial para la pesca, lo que lo destacaba con triunfos en cuanto torneo participaba, pero él sólo repetía una y otra vez, que para obtener buenas capturas “hay que hacer bien los deberes”.

Poseía una particular inteligencia y una meticulosidad excepcional para comprender las diferentes formas de pescar, según las características de los más variados ámbitos acuáticos; y para seleccionar los elementos a utilizar de acuerdo a cada caso, desde la caña hasta la forma de colocar las carnadas.

Además, escribió varios libros de pesca deportiva, enseñando y mostrando sus métodos para cada especie y los hallazgos realizados sobre las costumbres migratorias de distintos peces.

Nello Príncipi, al lado de una vitrina con parte de sus trofeos

SUS COMIENZOS

Príncipi nació en 1916 en el pintoresco y pequeño pueblo italiano de Macerata, cercano a la ciudad de Ancona en donde con su familia pasó sus primeros años de vida viendo pescar a parientes y vecinos en las aguas de varios lagos de esa hermosa región.

En 1921 su familia decidió radicarse en Argentina, precisamente en nuestra ciudad, en donde el padre de Nello, un incansable y prolífico constructor, tenía un par de importantes ofrecimientos laborales.

En La Plata, los Príncipi prontamente se hicieron de una buena posición económica. Nello estudió en el Colegio Industrial Albert Thomas, en donde obtuvo el título de Maestro Mayor de Obras, indispensable para ejercer la profesión que lo habilitaba para dirigir los emprendimientos de edificación.

El hombre se hizo rápidamente de una vasta clientela, porque en La Plata en esa época se edificaban viviendas a gran ritmo y en todos los barrios semicéntricos. Esto le posibilitó tener ingresos para construir sus propios inmuebles que destinaba a la locación, forjándose una sólida posición económica.

Construyó su propia y amplia vivienda en la calle 41 entre 115 y 116, en el Barrio Hipódromo, en donde residió hasta su fallecimiento, ganándose desde el principio el respeto y cariño del vecindario.

Es de destacar que desde niño había aprendido a tocar el violín y en el barrio se recuerda que muchas veces tocaba alguna canción a pedido de los vecinos. Pero también durante su primera juventud integró varias orquestas de tango conformadas mayormente por amigos músicos, pero nunca lo hizo a nivel profesional, aunque se presentaba gratuitamente en ciertos eventos solidarios de instituciones de bien público de la Ciudad.

MAESTRO PESCADOR

Fue un ferviente promotor de la ecología, porque sostenía que la cantidad de peces de cualquier ámbito acuático era señal de la salud del ecosistema del lugar y, en caso de hallar contaminación, impulsaba acciones de limpieza y remediación, que gestionaba ante los organismos oficiales que correspondiera.

“Cuanto más sana esté una laguna vamos a obtener una mejor pesca deportiva; pero siempre hay que tener presente que se deben respetar las medidas permitidas para las piezas y para el número diario de capturas. Y cuando pesquemos en lugares sin regulación, sólo hay que quedarse con los peces que se van a comer y al resto devolverlos al agua vivos correctamente”.

Se inició en la pesca en la casaquinta de fin de semana de sus padres en la ciudad bonaerense de Mercedes, sobre el río Luján; y en nuestra región, su maestro pescador fue Tomás Giannattasio.

Fue uno de los socios fundadores del Club de Pesca la Plata, y representando a esa institución durante poco más de tres décadas, obtuvo más de quinientos trofeos.

Con un récord que se mantiene hasta la actualidad, Príncipi logró coronarse como campeón argentino de pesca en cinco oportunidades, título que se obtiene con la sumatoria de puntos a lo largo de las participaciones en los concursos y certámenes que se llevan a cabo a lo largo de un año calendario en diferentes lugares de nuestro país.

Su campaña deportiva incluye, también como récord, el Campeonato Nacional de Pesca, evento que se disputa una vez al año y que obtuvo nada menos que en trece oportunidades.

En el plano internacional su actuación no fue menos exitosa porque desde 1965 y hasta su fallecimiento, fue el pescador deportivo argentino que mayor cantidad de puntos y trofeos cosechó en los campeonatos sudamericanos.

Aprendió muchas características biológicas de toda clase de peces de manera autodidacta, y por eso se dice que sabía cuáles y cómo utilizar las diversas artes de pesca. Fue destinatario de diversos honores y hasta la Confederación Argentina de Pesca y Lanzamiento lo propuso ante la Unesco como una personalidad que había hecho mucho por la ecología, a partir de la pesca deportiva.

Nello Príncipi, con caña en mano, rumbo a pescar

UN INNOVADOR

En el marco de una de sus salientes actividades de la pesca deportiva, Nello Príncipi, en 1959 creó y patentó con su propio nombre como marca comercial, las populares boyas “yo-yo”, las que desde hace más de sesenta años son de uso habitual de los pescadores deportivos, más que nada para la captura de pejerreyes en lagunas y ríos.

En el mismo plano, diseñó líneas especiales de pesca para diferentes especies, las que él mismo armaba, siempre bajo la marca “Nello Príncipi”, las que eran destinadas en exclusividad para la mayor casa comercial del ramo de la ciudad de Buenos Aires y que eran sumamente requeridas por los aficionados, pese a que su costo era sumamente elevado.

En cierta oportunidad, de acuerdo a una narración aparecida en una revista de pesca deportiva de la ciudad de Buenos Aires, “en el muelle del Club de Pesca La Plata fue el artífice de la salvación para un par de niños que se habían adentrado con una cámara neumática y el viento se los llevaba río adentro. Con gran repentización, Nello sacó los anzuelos de su línea y lanzó con la plomada sola gritándoles que se agarraran del nylon. Muy lentamente, y temblando, logró recoger el divino tesoro hasta los rescatistas que estaban en la punta del espigón”.

PERIODISTA Y ESCRITOR

Durante más de tres décadas, Príncipi publicó en nuestro diario su habitual columna semanal de los jueves, dando consejos a través de anécdotas y experiencias vividas en la pesca.

Esta entrañable figura, todos los miércoles al mediodía, personalmente traía su artículo a nuestra redacción y en la mayoría de esas oportunidades daba cuenta de distintas situaciones de necesidades de familias o de carencias y problemas edilicios barriales, datos que posibilitaban redactar notas.

También fue colaborador habitual en el diario La Nación y en los mensuarios Safari, Diario del Pescador y Weekend.

Por otra parte, y siempre con un afán didáctico, publicó algunos libros. El primero de ellos fue “Vamos a pescar”, con textos sencillos, claros y con excelentes dibujos, para enseñar a pescar a niños de 7 a 12 años.

Pero su mejor obra en la materia fue “Pescando pejerreyes”, un libro que se sigue vendiendo en la actualidad y que años después de su muerte publicó su nuera para que el legado del platense sirviera para las nuevas generaciones de pescadores deportivos.

También se había aficionado a la gastronomía a partir de las capturas de peces que obtenía, creando y difundiendo numerosas recetas. Su preferida era la que había bautizado como “crema de bogas” y que elaboraba en buena cantidad para obsequiar entre sus vecinos.

ORDEN DEL BUEN VECINO

Con el retorno de la democracia, el Concejo Deliberante creó la llamada “Orden del Buen Vecino”, una distinción anual dispuesta para resaltar la acción solidaria de un habitante de nuestra ciudad y, como se dijo, el primero en recibirla fue Nello Príncipi.

Entre sus múltiples iniciativas se destaca la de la “Laguna Aprilito”.

Cuando en la década de los ‘60, sobre la costanera Almirante Brown, entre Punta Lara y el casco urbano de Ensenada se construyó la enorme planta de la empresa Propulsora Siderúrgica, hubo que obtener gran cantidad de tierra que se extrajo del sector del predio que da contra la Diagonal 74, de la mano contraria al Aeroclub La Plata. Se llevó a cabo así durante más de dos años una descomunal excavación, por la que tiempo después afloró la napa de agua subterránea, formándose así un importante espejo de agua.

Príncipi tuvo la idea de que la recién “nacida” laguna fuera alambrada y dada en calidad de préstamo a la institución Asociación Pro Rehabilitación Infantil La Plata (APRILP), para que un tiempo después de una “siembra” de alevinos de pejerrey se pudiera pescar esta especie en el lugar, para lo cual se debía abonar una entrada destinada a ayudar a esa tradicional entidad platense.

La idea se concretó rápidamente con la intervención de la empresa y distintos organismos y fue un éxito.

El sábado 29 de junio de 1991 Príncipi falleció, tras lo cual se llevaron a cabo numerosos homenajes en entidades de bien público platense, en el Club de Pesca La Plata y otras instituciones afines, y hasta en el Concejo Deliberante platense.

Su libro “Pescando pejerreyes”

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