Estudiantes, todo oficio, pisó fuerte en el Centenario

MONTEVIDEO, Uruguay (Enviado especial).- El oficio de Estudiantes fue demasiado para Defensor Sporting. Pero también la inteligencia, la solidaridad y la actitud jugó anoche un rol fundamental en el mítico estadio Centenario.

Y por todo eso y por aquel gol de Leandro Desábato, señalado a los 12' del primer tiempo, el equipo albirrojo -anoche empujado por el aliento de doce mil hinchas- se quedó con el partido de ida y "casi" con el pasaje en el bolsillo para meterse en la semifinal de la 50ta edición de la Copa Libertadores.

El equipo de Alejandro Sabella llega con una ventaja tranquilizadora, aunque no decisiva (recordar la hazaña de Defensor en La Bombonera), para la revancha que se disputará el próximo 18 de junio en el Estadio Ciudad de La Plata.

Los dos equipos, desde los 25' del primer tiempo jugaron con un hombre menos ya que el árbitro venezolano Juan Soto, que dejó muchas dudas en sus fallos, expulsó a Marcos Angeleri y Juan Curbelo, por agredirse mutuamente.

Más allá de esta contingencia, que desde lo táctico más perjudicó a los albirrojos, la visita siempre tuvo el control del partido, incluso en aquellos pasajes en que el equipo "violeta" se insinuó más en el ataque.

Ese control incluso se acentuó en la etapa complementaria en donde el oficio de Estudiantes y su inteligencia para afrontar este tipo de contingencias coperas lució bien alto, esterilizando de esta manera los arrestos del equipo de Jorge Da Silva.

Estudiantes primero hizo anoche los méritos y después llegó al gol. Verón, desde la derecha, ejecutó un tiro libre al área que pudo rozar de cabeza Salgueiro y Desábato puso luego el pecho entrando por el medio para desviar su trayectoria y dejar sin defensa al golero Martín Silva.

Explotó entonces la tribuna Colombes y la platea América, en donde se habían apostado sus hinchas, aunque minutos antes también todos ellos se habían quedado con el grito de gol en sus gargantas cuando el capitán Silva le tapó un cabezazo de gol a Boselli, tras un centro de Enzo Pérez desde la izquierda, y en el rebote también un zurdazo de Desábato que pedía red.

Luego de aquella conquista el partido entró en una meseta. Se esperaba una vigorosa reacción de los uruguayos, pero apenas fue tibia, aunque mucho tuvo que ver la actitud y el planteo albirrojo, que esperó bien parado, no le dejó resquicio alguno y después siempre estuvo listo para el contragolpe.

Pesó, además, el oficio de Estudiantes. Se acomodó bien a las circunstancias, porque tras la expulsión de Angeleri tuvo que bajar Pérez, que había subido bien por la derecha, pero asomó el oficio de todo el equipo que, con el resultado a favor, pasó a controlar todo.

Se defendió muy bien con la pelota. Minimizó las arremetidas de Defensor y, en el balance final, mereció algún gol más.

Como ese que desaprovechó Mauro Boselli, en el segundo tiempo, cuando tras realizar una buena maniobra personal estrelló un zurdazo en el travesaño de un ya vencido Silva.

Intermitente el estratega De Souza, con variantes que no cambiaron nada, aunque con buenas subidas de Pintos, el local llegó muy poco hasta el muy seguro Andújar. Que solamente extremó recursos para tapar un mano a mano ante Vila, que remató desde ángulo cerrado, y después se dedicó a descolgar centros.

La capacidad de la Brujita Verón, anoche otra vez al servicio del equipo, la solvencia de Desábato y el batallar inclaudicable de Braña y el toque distintivo de Benítez. además de la seguridad de Andújar, fueron más que suficientes para neutralizar a un voluntarioso, nada más, equipo uruguayo.

Esta vez el técnico Sabella actuó con criterio a la hora de meter los cambios. Todos apuntaron a que el equipo no se desequilibrara. Galván reemplazó a un cansado Salgueiro, luego Federico Fernández ingresó por el amonestado Benítez y, en el cierre, Calderón entró por Boselli. Pero, claro, las limitaciones que mostraba el rival no le significaron ningún sobresalto en un complemento donde se espera otra cosa por parte del dueño de casa.

Defensor terminó metiendo centros al área, todo fácil de resolver para la férrea defensa pincharrata.

La llave no está cerrada. Pero la solvencia que muestra Estudiantes, que arrastra otra vez una buena racha invicta (nueve en el Clausura y seis en la Copa), lo pone en la puerta de superar otra instancia clave.